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Los neocons

Cantaron victoria muy pronto quienes pensaron que con Obama iba a iniciarse una nueva era en Estado Unido y, por influencia, en todo el mundo. Yo no sé por qué les llaman neocons, si en realidad de nuevo no tienen nada, son los conservadores de siempre, que arriman la brasa a su sardina y tratan siempre de poner de rodillas a la sociedad.
zbillete.jpgY es que tienen la sartén por el mango y el mango también. Originaron el desmadre financiero y pararon el golpe con dineros públicos de todos los países, y nadie les exigió que pusieran sobre la mesa las ruborizantes ganancias de dos décadas. En alguna parte estarán, pero a buen recaudo, no entran en el juego de la crisis. Ahora, ya recuperados en su parte visible, sacan pecho y desafían a los poderes democráticos, que son los elegidos por las urnas, mientras que a los consejos de administración, que son los que manejan el cotarro, los eligen ellos; es decir, se eligen a sí mismos.
Estuvieron un tiempo agazapados, reorganizándose, y ahora salen con toda su artillería. Han cercado a Obama y Europa despistada, como siempre: a Italia, Francia y Alemania ya las tienen, El Reino Unido está al caer y en España han sacado a Aznar a pasear. No es que hayan vuelto los neocons, es que nunca se fueron.

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Sobre la naturaleza humana

12[1].jpgEn estos días, a raíz de la tragedia de Haití, he leído y escuchado algunas reflexiones sobre la naturaleza humana que traigo hasta aquí porque me parecen importantes y a la vez terribles. Algunos han venido a decir que la tendencia humana es hacia el mal. Se apuntala esta idea con que es mucho más fácil hacer el mal que el bien, y como ejemplos ponían las cien o más formas que hay para romper un vaso y ninguna para reconstruirlo, o las mil maneras de matar y ninguna que haga resucitar.
Todo esto choca con la idea racionalista de Rouseau, que afirmaba que nacemos buenos y es la sociedad la que nos convierte en malvados. Proponía en su obra más conocida cómo se aisla a un niño desde su nacimiento para evitarle su contacto con la maldad. Esto a su vez choca con los clásicos griegos, que afirmaban que el hombre es un ser social. Y no tomo posiciones, pero me horrorizo cuando veo cómo grupos humanos sacan beneficio de la desgracia, con el tráfico de huérfanos y otras ruindades abominables.
Tampoco hacía falta un terremoto para saber que esto sucede a diario en cualquier punto del planeta, porque el comercio y la explotación de unos seres humanos por otros es constante. Y de todas las afirmaciones que he leído, la que más me ha hecho pensar es una que dice que la única manera de evitarla maldad humana es prohibiendo cosas. Suena muy mal, pero si lo miramos detenidamente vemos que la convivencia en los estados modernos se basa en el Derecho, y la mayor parte de las leyes consisten en prohibiciones. Habrá que darse otro atracón de pensar.

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Decálogo de los desastres en países pobres


Nunca he deseado tanto equivocarme, pero lo que va a suceder con Haití es lo mismo que ha ocurrido siempre cuando una catástrofe se ceba con un país pobre. Los pasos son estos:

1.- Noticia de primera plana cuando se produce el hecho, que ocupa portadas, interrumpe emisiones de televisión y pone a todo el mundo alerta.
2.- Reacciones de personalidades lamentando lo ocurrido y ofreciendo ayuda a los damnificados, y llegada de la primera ayuda, con cámaras de televisión, y subrayado de hechos heroicos de bomberos o civiles en el lugar de la tragedia.
3.- Actitudes desconfiadas de los dirigentes del país siniestrado, en el que habitualmente una determinada casta es dueña de casi todo.
4.- Rivalidades entre los dirigentes mediáticos de los países que acuden en socorro.

Todo esto ha sucedido ya, paso por paso, y me temo que lo siguiente será:
z3dcfull[1].jpg5.- Maratones televisivos para pedir dinero, y al mismo tiempo hacerse publicidad los guaperas y famosos con sus donaciones que luego degravarán a Hacienda.
6.- Convocatoria de una rimbombante conferencia de donantes en la que se ofrecerán cifras millonarias, que casi nunca se materializan, llegan tarde o se quedan por el camino.
7.- Arribo al lugar siniestrado de las grandes multinacionales de la construcción para facturar muchos millones en una reconstrucción que casi nunca vemos completada.
8.- Decepción de los habitantes de ese país que nunca recuperan su anterior status, aunque fuera mínimo, y reforzamiento de la casta dominante con el silencio o la complicidad de los países desarrollados.
9.- Los gobiernos locales dejan la supervivencia en manos de ONGs, que eternizan por necesidad su presencia en el territorio, con lo que se paraliza su desarrollo.
10.- Olvido total de lo sucedido y condena otra vez al abandono y la miseria a millones de personas.

Ojalá tenga que tragarme mis palabras. Eso significará que la conciencia solidaria de la Humanidad comienza a despertar. Pero no me hago muchas ilusiones.