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Alguien será responsable, digo yo

Existen organismos estatales y supranacionales encargados de impulsar la economía, velar porque se cumplan las reglas y estar alerta ante cualquier disparate. Desde los bancos centrales de las naciones (especialmente los de Estados Unidos, Inglaterra y la UE), hasta el Fondo Monetario Internacional, El Banco Mundial el G-7 u 8 o 20 o como se llame ahora. ¿Cómo es posible que ninguno de estos organismos, que se supone tienen mecanismos de control muy sofisticados, se dio cuenta de la pifia que se estaba cometiendo?
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(Imagen de los brotes verdes tomada por un paparazzi)


Ahora España está en la cola de los grandes, y va a resultar que finalmente va a llevarse todas las bofetadas. No es que los organismos españoles sean inocentes, ni que España no tenga su cuota de responsabilidad en los foros donde está integrada, pero una cosa es ser cómplice y otra muy distinta autor del desastre. Pero nada, ellos tan campantes, celebrando cenas, desayunos y lo que haga falta, mientras llevan hacia el abismo al mundo desarrollado, y encima no quieren tragar con las medidas contra el cambio climático. Es que son…

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¿El nuevo Boom?

Está claro que la América de nuestra lengua ha dado excelentes escritores. También lo es que metrópolis como Buenos Aires o Ciudad de México tienen un gran peso cultural, pero resulta que los autores hispanoamericanos no triunfan si no suenan fuerte en Europa. Casi siempre es España, y así fue el trampolín para Rubén Darío, Neruda, Vallejo y algunos más, un cauce que se eclipsó en los años 40 y 50 y que fue sustituido por París (Sábato). Luego vino el Boom, gracias al que se lanzó a una generación de escritores grandiosa, porque había en ella media docena de novelistas de primer orden.
zboom.JPGPero aquello acabó, y la literatura española empezó a mirar hacia su propia creación, pero al filo del cambio de milenio, a los agentes literarios, las editoriales y los críticos les dio por volver a mirar hacia América, y de alguna forma están tratando de vendernos un nuevo Boom de la novela de allá. Los grandes premios españoles están repletos de nombre latinoamericanos en los últimos años, y la verdad, salvo un par de nombres del calibre de Roberto Bolaño, no he visto esa superioridad. Hay mujeres y hombres que escriben y están consagrados, pero, qué quieren, a mí los Jaime Bayly, Angeles Matreta, Roncagliolo y compañía no me parece que lleguen ni siquiera a la altura de Isabel Allende. Hay narrativas muy interesantes, como la nueva novela que ahora se hace en México (Elmer Mendoza), y algún francotirador en Colombia e incluso en Argentina, pero hasta ahí. O sea, que ese nuevo Boom, en mi opinión, es un invento. Y mientras, eclosiones narrativas reales como la que ahora mismo está sucediendo en Canarias no merecen la atención de los aduaneros de los centros de difusión de la cultura, Madrid y Barcelona, para aclarar. Y no exagero, que aquí hay una docena de nombres en la novela y el cuento que están muy por encima de la media de lo que se publica por allá con tanto ringorrango.

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Hoy sí que toca mi libro

Como la semana pasada, a causa del temporal, hubo que suspender la presentación de mi novela La mitad de un Credo, esta se realiza hoy, en el mismo lugar y hora: Instituto de la Isleta, C/ Juan Rejón 58, a las 11:30 horas. Sé que no es la hora acostumbrada para la presentación de un libro, pero este quiero que llegue también a los más jóvenes, porque habla de la inutilidad de la pena de muerte y rescata uno de nuestros mitos populares, como es Juan García El Corredera (en la novela lo llamo Buganvilla). Y digo lo mismo, como este es mi blog aquí lo anuncio, que ya hablaré otro día del gobierno de Zapatero, que ya tiene bastante con torear al Financial Times.
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Y ya que hablamos de libros y presentaciones, esta noche también será glosado en público El libro de los naufragios, un poemario póstumo de Dolores Campos-Herrero. Será presentado por Santiago Gil y es uno de los libros que Lola dejó escritos antes de su marcha prematura.
Y mañana otra, la de la novela Los latidos del tiempo, de Miguel Angel Sosa Machín, que forma parte de la misma colección en la que sale la mía. Es una colección que se llama genéricamente Tiempos de silencio, y que promete buena narrativa de la que ahora, por suerte, se está haciendo en Canarias.