Si respira más 13 veces por minuto, lo multo
Lo que yo piense no tiene importancia, pero los hechos hablan por sí solos. Ahora todo se arregla con prohibir, establecer plazos amenazantes y poner al ciudadano contra la pared. Compre usted dos triángulos antes de tal fecha o le caerá una multa si no los lleva en el coche cuando lo pare la policía; no tenga más de no sé cuánto de alcohol en sangre o se le caerá el pelo si lo mandan soplar; haga usted esto antes de no sé cuando, se le prohibe hacer esto otro, cumpla aquel calendario… Y luego dicen que la gente anda demasiado tensa. El tabaco es malo, pero lo siguen vendiendo, y ahora nos enteramos que los peces grandes tienen mercurio, las hortalizas pueden matarnos y hasta para comerse una manzana (símbolo de lo sano) hay que pensárselo. Nos hacen bailar la yenka de 110-120 kilómetros por hora y nadie sabe por qué (ya sé que es lo del petróleo, pero pienso que se ha hecho política). Lo cierto es que los accidentes automovilísticos son cada vez más numerosos, con o sin triángulos, con o sin alcohol, y encima nos dicen que podemos dar positivo si hemos comido demasiada fruta azucarada. Prohibir, amenazar, intimidar, eso es lo que nos hacen todos los días a los ciudadanos, mientras vemos que siguen sueltos perros de razas feroces, nadie pone coto a las ondas de los móviles, nos matan en un laberinto de burocracia y siempre llegan tarde y mal las soluciones a nuestro problemas. Como se le ocurra respirar más de las 13 veces por minuto que marca la ley, le caerá un multazo. Si respira menos, le subirá la prima del seguro de la funeraria.