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No nos falta de nada

Eramos pocos y reventó una central nuclear en Francia. No nos falta de nada. Si el mundo está como está por la guerra de la energía, estas noticias son preocupantes. Nadie se cree que tantas invasiones y tantas guerras dirigidas desde el mundo desarrollado sean para predicar la democracia. Qué casualidad que siempre suceden en países que tienen petróleo y gas natural. zzptrooo.JPGEn realidad es una guerra para controlar la energía, que es lo que mueve el hiperdesarrollo de Occidente. Luego está el coltan en el Congo para teléfonos móviles, consolas y demás, y el resto es hidrocarburo, o países que no lo tienen pero que están en esa ruta. No veo yo que la ONU plantee operaciones militares en países sin recursos, si allí hay democracia o un dictador terrible da igual, como no hay petróleo, ni coltán, ni diamantes… Francia y Japón no controlan espacios petrolíferos abundantes, y para ser autónomos se han dado a la energía nuclear. A veces me da risa cuando se oponen en España a las centrales, y el peligro es el mismo porque las hay a mansalva al otro lado de los Pirineos, y ya sabemos que la radiactividad no sabe de fronteras. Es como cuando se oponen a extraer el petróleo que hay cerca de Lanzarote, por miedo a las mareas negras, cuando Marruecos puede hacerlo desde el mar que controla y el peligro es el mismo, aunque no el beneficio. No defiendo ninguna de las dos cosas, pero en este mundo globalizado las decisiones unilaterales no sirven. Esperemos que lo de Nimes no sea tan grave como lo de Chernobil, Harrison o Fukushima.

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El día maldito

Hay fechas numéricas que parecen marcadas por el horror, la intolerancia y la violencia. El 11 de septiembre es una de ellos, a pesar de que en La Aldea de San Nicolás la tienen por el gran día del rito festivo, pues los aldeanos consagran su Charco a la tradición y al futuro. Menos mal que hay al menos un lugar en el que el 11 de septiembre es gozoso.
CHARCO_02[1].JPGCataluña también celebra una fiesta, pero es un recordatorio de aquel 11 de septiembre de 1714 en el que miles de catalanes, liderados por Rafael Casanova en una ciudad sitiada durante más de un año, fueron masacrados, llenando de sangre y de mala memoria las calles de Barcelona. No podemos olvidar tampoco el 11 de septiembre chileno, cuando en 1973, en plena Operación Cóndor organizada en el Norte, acabaron con la democracia, lo que llevó a la muerte directa o inducida de dos figuras tan cenitales como Salvador Allende y Pablo Neruda (el poeta, ya enfermo, moriría el 23). Y, aunque hay más, sin duda el 11-S neoyorkino será para el futuro el día del horror, con detalles que seguramente conocerán nuestro nietos -si es que llegan a saberse-, pues ese día se cerró un ciclo abierto en 1945, al final de la II Guerra Mundial, y empezamos a vivir en otro mundo. Hay quien asegura que también se cerró otro período, el que comenzó con la Revolución Francesa, y por lo tanto más de dos siglos de conquistas sociales se irían desvaneciendo. Alguna razón tendrán porque el derribo de la Torres Gemelas es la señal de un cambio que hasta ahora es claramente negativo. Ojalá pronto también empiece a ser historia, porque este episodio, diez años después, sigue siendo presente porque está en el origen de mucho dolor actual.

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Un niño mordió a un perro

Decía un viejo axioma perodístico que la verdadera noticia no es que un perro muerda a un niño, sino que un niño muerda a un perro. La noticia de portada era siempre algo extraordinario, o al menos muy importante. Ahora se ha perdido la vitola, y es normal que sea gran noticia la convocatoria de unas elecciones generales, aunque ya se sepa de antemano, pero es algo importante. Cuando se celebra un partido de fútbol se buscan declaraciones de los jugadores, pero, digan lo que digan, el resultado es inamovible. zzzzrasputi.JPGTodo se ha vuelto mediático, y la verdad es que el discurso de Casillas, Nadal, Contador, Gasol o Alonso después de una victoria o una derrota suele ser una nadería, cuando no una estupidez. Su valor está en lo que hacen, no en lo que dicen. Es ridículo que sea noticia de portada en todas parte que Nadal se queje porque lo hacen jugar con la pista mojada en Nueva York.
El colmo es tratamiento informativo que se da al tiempo meteorológico. Hemos visto muchas veces abrir un telediario veraniego con una imagen de un termómetro a 40º en Sevilla o invernal de -5º en Teruel. Eso no es noticia, es el perro que muerde al niño, porque de toda la vida en Sevilla en agosto hace mucho calor y en Teruel en invierno mucho frío. Es la normalidad, no es noticia. Lo más terrible es que hay cadenas de televisión que acumulan grandes audiencias dándole vueltas a la noria (no va con segundas, o sí) con la maldad de cómic de una mujer cuya aportación es que es misma (al menos eso dice), o culebrones varios que tienen enganchada a mucha gente, y no acierto a entender qué atractivo tienen. Y como se ha perdido el baremo, el día que se descubra la vacuna contra el cáncer a lo mejor ni lo ponen porque toda la parrilla estará ocupada por la hija de una examante de un actor de segunda que ha discutido con un novio nuevo que se ha echado. La gran exclusiva es que la vecina del tercero va a hacer unas declaraciones sobre el novio de la chica en hora de máxima audiencia.