Acróbata vaginal
Qué quieren que les diga. Soy un adicto a las series de televisión porque en muchas de ellas encuentro más peso que en el cine, hecho mayoritariamente para adolescentes descerebrados. Y como uso el televisor para las series, sean emitidas o en DVD, también paseo por el espectro televisivo. Hace unos días, cuando terminó una de abogados, hice un recorrido y por lo visto habían librado los leones del Serenguetti en el National Geographic. Al pasar por Telecinco, me sorprendió la imagen de una chica rubia de lejano parecido con la actriz Rossana Arquette, cierto estilo y elegancia, que se descolgó con la siguiente frase: «Soy acróbata vaginal» (como el de la distinguida damisela romántica que mira a través de su ventanal y exclama: «¡Coño, está lloviendo!»). Es decir, mi gozo en un pozo. Tal fue mi perplejidad que se me quedó la mente en blanco y no pude asimilar en qué consistía profesión tan especial. Y es que ni siquiera lo critico, me agota, pero viendo las audiencias de ese día resulta que el programa en cuestión arrasó. Luego quieren que todos esos desaguisados los arregle el profesorado en el aula, como si tuvieran una varita mágica. Acróbata vaginal… Impresionante, si hasta pudiera ser una imagen literaria de los más avezados escritores del realismo sucio. Sigo perplejo.
Hay que ver la exposición del fotógrafo Tato Gonçalves en la Galería San Antonio Abad de Las Palmas de Gran Canaria. Como explica el poeta y crítico Javier Cabrera en el umbral del catálogo, las historias que contienen cada uno de los retratos que allí se cuelgan conforman la gran historia de nuestras islas, nuestra propia memoria de siglos, de un Gonçalves que vino de Portugal, de un Déniz que vino de Francia (otros dicen que también de Portugal y se llamaba Dionís). Todos esos nombres extranjeros que se van aclimatando acabarán siendo canarios, como ya pasó con los Bonny, Massieu, Murphy, O’Donell, Acosta, Bethencourt, Alí, O’Shanahan, Kraus, Bosch, Sall, Van De Walle, Bellini, Gourié, Siemens, Delisau, Déniz y Gonçalves… Y también con todos los Rodríguez, Pérez, Ramírez, García y González que vinieron de Castilla, o los fugitivos de las expulsiones varias que se trajeron en el apellido el nombre de su ciudad de procedencia: Zamora, Valencia, Toledo, Vizcaya, Cáceres, Palencia… O su descripción física: Moreno, Castaño, Rubio, Delgado… Todos hemos llegado de fuera, hace una, tres o quince generaciones, esa es la historia que me cuentan las fotos de Tato Gonçalves.