Publicado el

Gadafi o el aviso a navegantes

Hay confusión en torno a la noticia sobre la captura y muerte de Gadafi. Como siempre, hay muchos datos en las primeras dos horas, pero luego todo se para, señal inequívoca de que esas dos horas es el tiempo que tardan en controlar la información. Lo que se desprende de las noticias es que lo capturaron y le pegaron un tiro. Dejo a ustedes la valoración del hecho, pues hasta en los tiroteos del salvaje Oeste había reglas sobre disparar sobre alguien desarmado. No se especifican los detalles, pero lo que sí está claro que Occidente envía un mensaje a todos los que no se atienen a sus juego; es decir, zzzpen_libia[1].jpgusted puede ser un sanguinario dictador mientras convenga a mis intereses económicos. Es un aviso a navegantes, que se inscribe en la misma línea de lo ocurrido con Bin Laden, aplicando tal vez un «derecho» de guerra muy particular, por llamarlo de alguna manera. Sadam Husein, Mubarack y Milosevic llegaron ante un tribunal, pero es lo mismo, y este es un mensaje para los dirigentes de Siria, Irán y quién sabe si para los respondones líderes sudamericanos de Venezuela, Bolivia y Ecuador. Como dicen que dijo Roosevelt (otros afirman que fue su Secretario de Estado, tanto da) «Somoza es un hijo de puta, pero es nuestro hijo de puta». Lo fueron también el Sha de Irán, Marcos de Filipinas, Pinochet o el propio Mubarack, y siguen siéndolo quienes gobiernan en Arabia Saudí, Marruecos, Kwait, Bahrein… Cuando ya no conviene, se arma a la oposición, o directamente se les echa encima la aviación de la OTAN o se cubren con la bandera de la ONU. Es una gran farsa, y que conste que Gadafi «no era bueno ni tostao» como dicen en mi pueblo. Y ahora, hasta los que lo han recibido con todos los honores, le han hecho regalos y lo trataron de amigo, corearán lo que se mande porque el tiempo de Gadafi ya ha terminado. ¿A quién le toca ahora?

Publicado el

El titular más deseado: ETA DEJA DE MATAR

En el transcurso de más de cuatro décadas, quienes abominamos de la violencia, el desprecio de la vida humana, la extorsión, el secuestro, el chantaje y el imperio del terror hemos deseado como lluvia en el desierto leer con letras muy grandes el titular «ETA DEJA DE MATAR». Durante mucho tiempo eso parecía un sueño muy remoto, pero hoy por fin se ha producido. Los periódicos digitales destacan la noticia con caracteres más grandes de lo normal, las cadenas de televisión interrumpen sus programaciones para informar de la buena nueva y las radios no hablan de otra cosa. Es un día soñado que se ha hecho realidad. Ha costado mucho sufrimiento, queda a los lados del camino mucho dolor y heridas abiertas que hay que restañar. Seguramente pasarán varias generaciones hasta que ETA sea solo un detalle en los libros de la historia negra de este país, pero un día había que empezar. Ese día es hoy, y en España noticias como la muerte de Gadafi han quedado pequeñitas. Euskadi es por fin un lugar en el que se puede caminar sin miedo por las calles, y toda España el reflejo de una labor que ha costado mucho esfuerzo colectivo. Toca ahora tener buen pulso y mejor tino para administrar la nueva situación, y en ello todas las partes tienen una gran responsabilidad. Hay quien ha dicho que hace falta que entreguen las pistolas. Ese puede ser un acto simbólico, pero treinta pistolas o trescientas solo son una fotografía, porque si no hay compromiso, por muchas pistolas que entreguen, siempre podrían conseguir otras. Ya sabemos que matar es muy fácil. Ahora se pueden debatir muchos flecos y detalles, confrontar opiniones y posturas sobre lo que debe hacerse, y todo eso es legítimo y hasta democráticamente sano.
zzzfgDSCN3671.JPGPero lo fundamental es que hoy, 20 de octubre de 2011, ETA DEJA DE MATAR. Eso es lo importante, y ahora unos y otros lo llamarán como quieran, pero el final del terror significa que hoy comienza una nueva era en la historia común de los pueblos de España. Tenemos que felicitarnos, porque entre todos debemos construir un futuro en concordia, con ideas distintas pero en libre debate democrático, sin olvidar ni un momento a las víctimas vilmente asesinadas y el titánico trabajo de las fuerzas de seguridad del Estado. Ojalá este 20 de octubre sea también el día en el que el guerracivilismo crónico de este país pase a la historia. En este momento experimento un profundo respeto por los muertos y una inmensa alegría porque por fin vamos a navegar por el océano de la esperanza.

Publicado el

¿Por qué les chirría tanto la palabra «negociar»?

Parece que la sociedad vasca en su mayoría, incluyendo a la izquierda abertzale, quiere acabar con la sinrazón de ETA. Cierto es que a estas alturas esto sucede porque la banda ha perdido la batalla de la fuerza y ya casi no le quedan salidas. Es una manera como otra de acabar con el sacrificio inútil de vidas humanas y el imperio del miedo. Yo entiendo que las víctimas vivas y los familiares de los muertos llevarán de por vida el dolor, que nadie les puede quitar porque el que lo sufre es como el que está en una balsa girando en un remolino del río, y los otros están en la orilla y solo pueden esperar a que la balsa alcance la orilla, con mantas y leche caliente. Eso hay que comprenderlo, y también que quieran que los culpables paguen por lo que han hecho.
zzzettta.JPGLo que no se entiende es que pretendan tomar parte de las decisiones especializadas que atienden al interés general, porque eso es cosa de las fuerzas de seguridad, los jueces y en última instancia las instituciones políticas. Nadie se vuelve automáticamente técnico superior de bomberos por haber perdido a un familiar en un incendio, y por lo mismo las víctimas del terrorismo no se convierten de golpe en especialistas de la lucha antiterrorista. Lo triste es que algunos medios y partidos se empeñan en utilizar el dolor de las víctimas como arma política, y así no vamos a ninguna parte. Entiendo que yo no puedo ver el problema con la misma perspectiva que Aznar porque a mí no me han puesto una bomba en el coche; pero la política tiene que mirar por el interés general, y este ahora es la pacificación de Euskadi y el final de ETA. Y se rasgan las vestiduras cada vez que oyen la palabra negociar. Pues sí, negociar, es lo que se hace siempre para establecer compromisos de futuro. Se negoció con el IRA y a todos les pareció bien, pues el final del miedo es una victoria para todos. Y lo pongan como lo pongan, el PP, si gana las elecciones como parece, también tendrá que negociar el cierre de esa etapa sangrienta que algunos llaman la IV Guerra Carlista. Mejor negociar que seguir con la pistola en la nuca, y hacerlo ahora cuando más débil está ETA.
Cuando se negocia, hay que hacer intercambios, y ahora serán muy pocos porque los terroristas tienen muy pocas bazas; si se hubiera negociado el final hace 25 años, ETA estaba más fuerte y habría salido más caro, pero incluso así nos habríamos ahorrado centenares de muertos y muchas lágrimas. La negación absoluta y la instrumentalización de las víctimas con fines electoralistas no conduce sino a que se cierre la herida en falso. Y no es eso lo que queremos.