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Kodak, el fin de una era

El anuncio de que una empresa histórica, afamada y prestigiosa como es Kodak vaya a la quiebra es terrible, porque en este cambio de tecnologías hay muchos que se quedan en el camino. Se pensó que con el nacimiento del cine se vaciarían los teatros y cuando llegó la televisión también el cine quedaría liquidado. zrevelar[1].jpgNo sucedió así, sobrevivieron todos los soportes, pero con la revolución tecnológica de los últimos años peligran todos. Kodak existe desde que nació la fotografía comercial, y fue durante décadas (más de un siglo) sinónimo de calidad. Tengo en mi casa miles de diapositivas hechas con carretes de esa marca y treinta años después siguen perfectas. Eso es calidad y perdurabilidad. Pero la era digital ya no entiende de carretes, cubetas, reveladores, baños de paro, fijadores y ampliadoras, ni se fija en si la foto ha de ser mate o tener brillo según el papel utilizado, ya todo eso viene en la foto. La posible desaparición de Kodak es el fin de una era, la de la fotografía artesanal, aquella en la que había que cuidar los tiempos para dar más o menos contraste, y en la que dos fotos nacidas del mismo cliché podían ser distintas por el tratamiento posterior en el laboratorio. El proceso fotográfico era como hacer vino, no bastaba un buen producto inicial, el trayecto hasta el resultado final era muy importante, y a veces lo que diferenciaba una buena foto de otra que no lo era tanto. Hay que estar con el progreso, y con estas cosas palpamos los profundos cambios que está experimentado nuestra manera de vivir, pero no dejo de sentir nostalgia por una manera de reflejar el mundo que ha cambiado el nitrato de plata por los granos de sílice de un disco duro.

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Tocados y estúpidos

zzzaudrdy[1].jpgLas carreras de caballos del hipódromo de Ascot son un evento de la alta sociedad británica en el que el que no está no existe. Es tan determinante que la prueba de fuego que el profesor Higgins propone a la florista Eliza en la obra de teatro Pigmalión (luego hecha película en My Fair Lady con una Audrey Hepburn extraordinaria) es presentarla en tal evento para deslumbrar a lores y ladys de la Inglaterra posvictoriana. La gracia es que ahora, después de trescientos años de existencia, los organizadores dictan nuevas normas de vestimenta, y la más curiosa es que, como el acto es matinal, las damas deben llevar ropa y sombreros adecuados, porque por lo visto en los últimos años se vestían casi como para una fiesta nocturna, y muchos de los sombreros se habían transformado en tocados muy leves. Esas nuevas normas están siendo motivo de polémica en los medios ingleses, ocupando muchas horas y gastando mucha tinta. Los británicos son incorregibles con lo de las formas, y si bien está que haya buena educación, llevan el asunto demasiado lejos, porque una seña de buenos modales es la discreción, que en Ascot brilla por su ausencia, porque los sombreros de las damas (la reina ha hecho historia allí con sus sombreros) son indescriptibles. Esto da idea de que en Inglaterra sigue perviviendo lo más rancio de la época en que el Imperio Británico era el centro del mundo. La verdad que leer estas tonterías en los tiempos que corren mueve a la risa, pero si lo miras con atención te das cuenta de que esa clase poderosa de antaño quiere más que nunca marcar las diferencias. Las clases medias le dan urticaria y están haciendo todo lo posible para liquidarlas.

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¿Urdangarín o Corleone?

Que conste de entrada que cualquier tipo de corrupción debe sentarse en el banquillo y atenerse a lo que determinen los tribunales de justicia. Para mí, lo que sucede con el marido de la Infanta Cristina es un arcano, porque sale una corruptela aquí, una evasión de impuestos allá, un traslado de dinero a un paraíso fiscal acullá, y para que todo eso haya sucedido han tenido que intervenir docenas de personas, unos contratando, otros ocultando, otros gestionando.
z-padrino[6].jpgEn fin, que un secreto es muy difícil de guardar desde que lo conoce más de una persona. Y si el asunto lleva tanto tiempo, alguien tendría que haberse ido de la lengua, y entonces, además de los participantes en alguna de las secuencias, lo sabría mucha más gente. Pero nada, pasan años y ni un solo rumor, algo que indicara lo que ocurría. De repente, se levanta la liebre y empiezan a salir conejos de todas las madrigueras: facturas falsas, minutas estratosféricas, empresas interpuestas… Un rosario de cosas que hacen proyectar una imagen casi caricaturesca del yerno del Rey. Alguien que ha hecho tanto y siempre con tan mala fe no es un duque, es don Vito Corleone. Y esa saña que se ve alentada en todos los foros casi siempre por los mismos hace que uno se pare a pensar si todo eso es posible, porque, de ser cierto todo lo que se dice, el señor Urdangarín se habría pasado todos los días y muchas larguísimas noches dando instrucciones, reuniéndose con su «consigliere» y realizando otras tareas propias de un capomafia.
¿Pudiera ser que haya una movida que trate de dinamitar la monarquía, o al menos poner en entredicho la sucesión dinástica? Es que tanta furia me mosquea, y no digo que todo sea una gran conspiración de los que sueñan con una república a la francesa (ya dirán los tribunales), pero si lo que quieren es cambiar de régimen sería más fácil convocar un referéndum monarquía-república, y no nos estarían dando la murga. Es que cuando ves un telediario y hablan del tema, parece una reposición de El Padrino. O será que uno ha visto la película demasiadas veces (las tres partes).