Preguntas contestadas
¿Por qué los británicos, tan modernos y avanzados, babean como siervos medievales ante la familia Windsor en el jubileo de Isabel II?
¿Por qué Alemania siempre dice «no» y luego nos lava la cara diciendo que España tiene potencial para salir de la crisis?
¿Por qué los especuladores ganan dinero haciendo que España, Italia, Grecia o Portugal bajen su credibilidad?
¿Por qué se hace una nueva campaña de Gibraltar precisamente ahora, cuando desde siempre hemos sabido que la colonia británica es una lavadora?
¿Por qué se permite el genocidio en Siria?
¿Por qué en tres municipios de Cáceres deciden en referéndum que unos euros que tienen los ayuntamientos se dediquen a fiestas taurinas y no a crear empleo?
¿Por qué ya tienen preparados billete, hotel y agasajo algunos políticos y sus séquitos para los partidos de España en la Eurocopa?
¿Por qué ha ido el rey de España a Brasil si allí no hay elefantes?
¿Por qué pregunto si ya sé que estas preguntas se contestan desde la estupidez, la corrupción, la insolidaridad y la prepotencia?
Este fin de semana voy a declararme en huelga informativa. Después de una semana en la que a todas horas la radios nos aterrorizan con anuncios apocalípticos, que los medios digitales informan al minuto de las peripecias de la prima de riesgo y que nadie parece saber qué va a pasar, prefiero ausentarme del mundo exterior, hacer un bucle y entrar en el territorio de la fantasía, que tampoco es muy ajeno al real, porque nos hablan en los medios de conceptos inasibles. Hasta la Baronesa Thyssen ha puesto en venta un cuadro muy valioso para tener liquidez, que a su nivel es como cuando los pobres van al Monte de Piedad con las alianzas de boda. Crisis ha habido muchas y de todas se ha salido de una forma o de otra, pero en esta la sensación es que los que van al timón no saben cómo afrontarla. Y vuelve la crítica a los responsables públicos, sean políticos, dirigentes de corporaciones económicas o reguladores del mercado financiero. No se entiende muy bien por qué de las zonas económicas del planeta que mueven monedas y crean mercado (Estados Unidos, Japón, Gran Bretaña, China, Brasil y Eurozona) la única que no levanta cabeza es la nuestra. Está claro que Bruselas y el BCE algo están haciendo mal, y la dictadura berlinesa de la Mamá Grande suena a reprimenda a los países del sur, pero a la larga acabará salpicando también a Alemania. En fin, que ya ha pasado otro viernes, y a los que piden que Rajoy hable y explique les digo que no se afanen, que a lo mejor callado está más guapo, porque cada vez que habla sube el pan.