70 años de Casablanca
Siempre fui un entusiasta de Casablanca, y creo que es una extraordinaria película, pero me niego a esas etiquetas de «mejor» película de la historia, que otras veces le cuelgan a Ciudadano Kane y útimamente están emperrados en que sea El Padrino. Está claro que las tres son magníficas, pero revisaba no hace mucho Lawrence de Arabia y me siguió fascinando más si cabe que cuando la ví por primera vez. Hay muchísimas películas muy buenas, y luego vienen los géneros, porque Casablanca no puede compararse con Blade Runner o Johnny Guitar, porque son magnitudes diferentes. Y centrándonos en Casablanca, hay que decir que no se convirtió en mítica hasta treinta años después de su estreno, cuando en 1972 Woody Allen protagonizó Sueños de seductor (*), donde tomaba al Bogart de Casablanca como modelo paródico. Es de esa película de donde sale la idea de que en Casablanca se dice la famosa frase «Tócala otra vez, Sam», que nunca se pronuncia sino en la memoria humorística de Allen. De alguna forma, Woody Allen tiene mucho que ver con la mitificación de Casablanca, si bien siempre fue una película muy valorada, pero no mítica desde el principio con por ejemplo Lo que el viento se llevó o 2001, una odisea del espacio. En cualquier caso, ya que durante tanto tiempo he dado la tabarra con Casablanca, justo es que la recuerde en su setenta cumpleaños.
(*) Como bien me ha señalado un lector, esta película no fue dirigida por Allen, aunque sí que es la adaptación de una obra de teatro suya.