Por sus frutos los conoceréis (*)
y la Iglesia, propietaria del cementerio, se niegan a que se coloque
en el camposanto un monolito con los nombres de los desaparecidos
durante la Guerra Civil, con una inscripción que solo pide que
descansen en paz sus cuerpos allá donde se encuentren.
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33 vecinos de Agaete desaparecieron en abril de 1937. Fueron detenidos en el Valle y desde la comisaría de Alcaravaneras salieron supuestamente con destino al campo de concentración de Gando. Nunca llegaron.
Antonio Álamo Godoy, José Álamo Sosa, Antonio Dámaso Álamo, Gregorio Dámaso Álamo, Juan Dámaso Ojeda, José Diepa Jiménez, Lorenzo Diepa Jiménez, César Expósito Rosario, José García García, José García Godoy, Juan García Godoy, Justo García Sosa, Santiago Godoy García, Juan Medina García, Juan Medina Perdomo, Pedro Méndez Saavedra, Pedro Rodríguez González, Domingo Rosario Martín, Antonio Sosa Jiménez, Andrés Sosa Vega, Juan Sosa Vega, José Sosa Martín, Juan Suárez Hernández, Antonio Valencia Expósito, Gregorio Valencia Medina, Juan Vega García, Faustino Vega del Rosario, Pedro Vega del Rosario, Antonio Vega del Rosario, Juan Viera Bolaños, José Viera González, Antonio Sosa Expósito y Juan Vega Jiménez.
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(La cita del título son palabras de Jesucristo en el Evangelio de San Mateo 7:16)
Hoy, la mítica cantante María Callas cumpliría 90 años. Como homenaje a su voz única adjunto un fragmento de mi novela El baile de San Pacual, que forma parte del libro Tríptico de fuego (2008), que contiene tres novelas cortas. Trata de una visita que hace medio siglo hizo a Gran Canaria la gran diva de la ópera, en el yate del millonario griego Aristóteles Onassis. El episodio del chicle, que podría sonar a pura fantasía, ocurrió realmente en el sur de Gran Canaria.
El viernes no fue así, porque muchos conocían la novela y las anteriores de Alexis Ravelo, y así los actos se dinamizan solos. También está reciente en los escaparates de las librerías otra novela de Alexis, La estrategia del pequinés, y allí se habló de ambas y también de Los día de mercurio, una obra suya de hace varios años que tiene una pegada tremenda. La última tumba es una novela negra con la mayor parte de sus ingredientes, pero tiene otros que se cuelan y que son los que le dan profundidad al texto. Me refiero al tratamiento de la venganza obsesiva por encima de la valoración de la propia vida, que determina un territorio inquietante que nos lleva a una serie de preguntas a cual más aterradora: ¿Es la venganza una forma de justicia? ¿Cuál es la línea que las separa? ¿Es legítimo hacer pagar a los culpables por algo que hicieron pero han salido indemnes, con el agravante de que condenan a un inocente ? ¿Eso es justicia o venganza? Teniendo en cuenta que en Gran Canaria no hay prácticas mafiosas, la política es absolutamente limpia y transparente, el poder y la influencia de las clases adineradas no los hace inmunes a la acción de la justicia, los dirigentes trabajan por el interés general y no existe mediatización alguna por parte de los poderes fácticos, hay que convenir que Alexis Ravelo se lo ha inventado todo, y la novela La última tumba, además de negra, es pura fantasía. O no.