A ver qué hacen ahora, guapitos…

Dicen que la primera víctima de la guerra es la verdad, y por ello no podemos estar seguros de lo que está pasando realmente en los lugares en conflicto, y nuestros tataranietos tal vez lleguen a averiguar, tras muchos cotejos, muchos detalles de nuestro hoy (no todos). Es posible que descubran quiénes ganan, cómo han prendido la mecha y qué complicidades existen, a veces hasta en los que aparecen como enemigos. Lo silencios a menudo son más cómplices que los gritos.
imagen1.JPGLeo una información en la que se dice que han sido lanzados proyectiles desde territorio ruso sobre la zona oriental ucraniana. Las fuentes serán o no fiables, interesadas o vaya usted a saber, porque la propaganda es a veces tan destructiva como la artillería. Pero si eso fuera cierto, ya no estaríamos hablando de una guerra civil entre el ejército oficial ucraniano y las milicias separatistas, sino de una guerra con Rusia y Ucrania implicadas, dos estados que hasta hace menos de un cuarto de siglo fomaban parte del bloque comunista durante la Guerra Fría. En principio, las vigilias de Kiev, la caída de un gobierno y hasta la rebelión de zonas rusófonas parecía un buen negocio para el complejo industrial armamentístico (que no tiene patria, como dijo Pujol, la pela es la pela). Esas voladuras supuestamente controladas no lo están en casi ninguno de los frentes (Siria, Gaza, Ucrania, Irak, Libia…), aunque no por ello los halcones dejan de ganar dinero; al contrario, los políticos que les sirven me parece que han hecho de pardillos para que ellos facturen en el gran negocio de la guerra. Ah, sí, hay sufrimiento, muerte, desplazamientos… Daños colaterales lo llaman.

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