Lampedusa es África y nuestra vergüenza


El nombre de Africa procede del latín -otros dicen que se remonta al griego- y significa «expuesta al sol», o bien «dejada al sol». En Africa está el origen de la Humanidad (mientras Atapuerca no demuestre lo contrario), ha poblado todo el planeta y sigue dejada al sol, expuesta a la intemperie del hambre y el abandono porque sus descendientes europeos, americanos y asiáticos la han condenado al olvido, como quien abandona a sus padres en el desierto.
Y todo eso comenzó en Africa, ese continente que sigue tendido al sol, resecándose como clama su nombre, mientras los continentes que repobló siguen mirando hacia otro lado. Sólo van allí a buscar diamantes, petróleo, fosfatos, coltán… Esas razas impresionantes que están en el origen del hombre son nuestro predecesores, y han evolucionado como humanos, por eso el racismo contra la raza negra es, además de un signo de grave intolerancia, la demostración de una ignorancia supina sobre el origen de nuestra propia especie. Nosotros somos ellos.
z africaDSCN4471.JPGAhora, sin el menor respeto, se mira hacia Africa como un problema, como si los africanos se hubieran empobrecido por voluntad propia. Han sido las grandes potencias las que durante siglos han saqueado el continente, y siguen haciéndolo, como sucede ahora mismo en la República del Congo con la guerra del Coltán (columbio y tantalio), un mineral que es fundamental para los aparatos de las nuevas tecnologías de la comunicación. Por eso lo que ha ocurrido en Lampedusa debiera ser una campanada que despierte de una vez al Norte ciego que es finalmente el causante de esta tragedia.

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