Mi gozo en un pozo. Yo, que soy coheredero de la montañeta de Embauca, una tierra yerma en las medianía, que apenas es capaz de sostener un zarzal y unas tuneras, estaba tratando de ponerme en contacto con el escultor británico Richard Long (Chirino no me servía porque al ser escultor canario nadie iba a hacerme caso), para proponerle que hiciera algo allí. Una fila de piedras como la que Long hizo en La Maladeta vendría bien, trazado de nordeste a suroeste (por aquello de la dirección de los vientos alisios), para fijar la posición de Venus en los crepúsculos veraniegos. La moto se podría vender bien, argumentando que mirar el horizonte a través de la hilera de monolitos sería una experiencia única (igual de cósmica que verse en el centro del proyectado túnel de Tindaya), porque por un lado se puede imaginar (ver no se ve un pimiento) la cumbre nevada del Atlas, y por otro la inmesidad del océano hacia el Hemisferio Sur. Tenía programada una reunión con dos amigos, uno poeta y otro filósofo, para darle al argumento un contenido profundo, que nadie entendiera pero que todos explicarían con grandes palabras. Crearía la empresa Déniz S.L. y el Gobierno entraría al trapo poniendo media docena de millones. Como luego los ecologistas interpondrían un recurso porque por allí he visto anidar un par de cernícalos, la obra nunca se haría y al final tendrían que pagarnos cien millones por lucro cesante, que es mucho dinero para repartir entre tantos primos (lo de primos es por el parentesco, no va con segundas). Ya sé que no tiene lógica, pero como aquí ya se ha hecho, hacerlo una vez más es posible. El nombre estaba bien: «Proyecto Long».
(¿Qué les parece la montaña de Embauca, de la cual poseo el 3,5714 %? Se puede apreciar el zarzal. Las tuneras no porque están por el otro lado)
Pero, ya digo, mi gozo en un pozo. La cosa es que esta sentencia del Tribunal Supremo sobre Tebeto sienta precedente, y pone en guardia a las administraciones. Así que me he gastado en balde las fotocopias y las llamadas telefónicas a Londres y tendré que ver con mis coherederos si me toca algún tuno o tal vez una cuantas moras salvajes. Qué desatre, con lo bien planteado que estaba…
2 opiniones en “Tebeto y el Proyecto Long”
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Sembrado. El único pariente que te ha faltado es un sobrino. Pregunta de mi parte por un tal Soria. Yo también tengo un riscal que valoral, igual vamos a medias.
Saludos.
Bravo, gran entrada señor Emilio. Me ha gustado mucho la fina ironía y la introducción del señor Long.
Un saludo.