TIEMPO LÍQUIDO. Estreno de terraza. (03/06/2020).
Casi sin pensarlo, hoy nos estrenamos en el asunto consumición externa. Media mañana, calle del barrio, una terraza que muerde parte de la calle. Es una cafetería-dulcería nueva, con las distancias reglamentarias. Al pasar, se nos apeteció ocupar aquellas dos sillas a ambos lados de una mesa. Por asuntos dietéticos, no fue posible pedir pasteles, y nos decidimos por cerveza sin gluten. Tampoco, de manera que nos tuvimos que conformar con dos cortados (menos mal que había leche sin lactosa) y no supimos qué destino darle a unas aceitunas con mojo que vinieron antes como soporte de las cervezas imposibles.
Fue muy agradable tomar ese café, pero al mismo tiempo creo que ahora las personas que tienen intolerancias alimentarias lo van a tener más difícil, aunque también es verdad que fácil nunca lo tuvieron, porque croquetas, empanados, rebosados, pastelería y otros preparados tienen casi siempre como compañera de viaje harina de trigo. Y hay que recordar que hay un buen porcentaje de la población que bebe cerveza sin gluten y puede tomar pan, pasteles o empanados con otras harinas (arroz, maíz, garbanzos) y en el mercado existen esos productos.
Pero nos olvidamos pronto de todo eso porque el café estaba delicioso, sobre todo cuando es el primero que tomas fuera de casa en casi tres meses. Estaba objetivamente genial. Y fue para celebrar que hoy, por fin, pudimos cruzarnos con nuestra sobrina Mónica y su hijita Valentina, que curiosamente nos reconoció por las voces que escucha en las videollamadas a pesar de nuestras mascarillas y a dos metros. La verdad es que parece que la niña encuentra normal ver a la gente con medio rostro oculto. Será porque los ojos no mienten.