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Pompeya y el amor sin adjetivos

Hay nuevos datos sobre los dos cuerpos entrelazados en la Pompeya arrasada por el Vesubio el año 79 de nuestra era. Cuando fueron descubiertos petrificados bajo toneladas de cenizas en el año 1922, en la Italia siempre tan dada al amor carnal se dio por hecho que en el momento en que los sorprendió el volcán estaban en pleno acto sexual, y por inercia del pensamiento único de la gente de orden, se decidió que era una pareja heterosexual. Para empezar, imaginar que era un encuentro sexual es una hipótesis aventurada, porque la posición del hallazgo no asegura sino que hay un cuerpo con la cabeza recostada en el lado derecho del torso del otro. Pero se trataba de la Italia roja y negra de Mussollini, la de la pasión, la Italia del mito de Romeo y Julieta, y más tarde de las canciones de Celentano y de los seductores papeles de Gassman y Mastroianni (Visconti y Pasolini molestan en el cuadro que quieren pintar); quedó establecido que era un acto sexual «de toda la vida» porque ya diría Rafaella Carrá que para hacer bien el amor hay que venir al sur. Se llegó a especular más tarde que podrían ser una madre y una hija, o un padre y un hijo, aunque siempre se imponía el orgullo prepotente de la sensualidad latina: definitivamente, eran amantes.
pompeya.JPGPero la ciencia acaba poniendo tarde o temprano las cosas en su sitio, y las nuevas técnicas forenses, con los medios más avanzados a su alcance, han determinado que se trata de dos varones, ambos entre 18 y 20 años, por lo que todas las hipótesis anteriores quedan anuladas. Continuar leyendo «Pompeya y el amor sin adjetivos»

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Enciclopedistas de la ignorancia

Ignorantes somos todos, lo que pasa es que no todos ignoramos las mismas cosas.
Albert Einstein.
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Se está extendiendo la idea de que cualquier asunto, sea el que sea, tiene solución y explicación. Se piensa que cualquier especialidad de la ciencia de la que hablemos ha llegado a conclusiones definitivas sobre lo que sea. Curiosamente, vivimos una época en la que se está produciendo el empoderamiento de la ignorancia; muchos «enciclopedistas» de documentales, Youtube o Wikipedia creen estar en la sabiduría máxima de casi todo, y nadie controla la veracidad de lo que se publica ni de lo que se dice en los medios o las redes. En esta orgía de conocimiento subrogado, hacen su agosto los libros de autoayuda, las llamadas pseudociencias y las teorías más peregrinas, que son seguidas por muchas personas porque, en el desentrenamiento general por el rigor en lo que se hace, creen cualquier cosa que aparezca en un medio o en la pantallita de su móvil. A esto se une la paranoia colectiva, que funciona sin aspavientos pero que propicia un sobresalto permanente que no se nota, porque cada día nos llegan por muchas vías advertencias sobre peligros informáticos, alimenticios, medicamentosos o medioambientales. Continuar leyendo «Enciclopedistas de la ignorancia»

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Alexis Ravelo y la madre del Doctor Zhivago

He dejado pasar la primera oleada alrededor de la nueva novela de Alexis Ravelo, Los milagros prohibidos, para tratar de mirar con algo más de sosiego la narrativa de este autor. A propósito de su anterior novela dije que Alexis quiere saber de dónde son los cantantes, aludiendo a la popular canción del Trío Matamoros, porque aquel relato, La otra vida de Ned Blackbird, es en realidad una indagación del camino que siguen las historias hasta convertirse en literatura. Si ya sabemos que le importa el qué, en esta nueva novela queda absolutamente certificado que también le interesa el para qué, si es que no estaba claro antes, en títulos como Los días de mercurio.

Queda el cómo, y no hablamos de que le interese a Alexis Ravelo, es que se trata justamente del sonido de una voz, que no se ha ido construyendo poco a poco, porque en su primera novela ya estaba. Ahora se maneja con más sabiduría, pero eso que llaman oficio solo modula los sonidos, las pausas y los ritmos, y a quienes van muy justitos les ayuda a entonar. Continuar leyendo «Alexis Ravelo y la madre del Doctor Zhivago»