Los verseadores populares canarios llamaban cuarteta al conjunto de cuatro décimas espinelas que contaban o proponían un asunto concreto. Esta es, por lo tanto una cuarteta, 40 versos:
¿Y PEDRO SÁNCHEZ QUÉ HARÁ?
I
Se vota la investidura
en una segunda ronda,
el que pueda que se esconda,
que la política es dura.
Que se cuelan caraduras
es creencia general,
si el chasis aguantará
es la fanfarria conjunta,
mientras todos se preguntan:
¿Y Pedro Sánchez qué hará?
II
Unos votan abstención
«para salvar el Estado»,
que está muy deteriorado
por tanto lerdo y trincón.
Me asalta la sensación
de que nunca acabará
el perpetuo bla, bla, bla,
culpabilidad presunta,
mientras flota la pregunta:
¿Y Pedro Sánchez qué hará?
III
Dicen que en el Parlamento
los protocolos exigen,
y quienes votan se afligen
porque ha llegado el momento.
Explican los argumentos
de lo que ellos votarán,
se abstendrán o negarán,
con el mango o con la punta,
sin respuesta a la pregunta:
¿Y Pedro Sánchez qué hará?
IV
Pues, sí, Sánchez, eres centro
de aplausos, dudas y sables,
unos te han echado un cable
y otros barren para adentro.
Y, culminado el encuentro,
a Rajoy se investirá,
pero fuerte sonará
la memoria de tu nombre;
preguntarán, no te asombre:
¿Y Pedro Sánchez qué hara?
I
Se vota la investidura
en una segunda ronda,
el que pueda que se esconda,
que la política es dura.
Que se cuelan caraduras
es creencia general,
si el chasis aguantará
es la fanfarria conjunta,
mientras todos se preguntan:
¿Y Pedro Sánchez qué hará?
II
Unos votan abstención
«para salvar el Estado»,
que está muy deteriorado
por tanto lerdo y trincón.
Me asalta la sensación
de que nunca acabará
el perpetuo bla, bla, bla,
culpabilidad presunta,
mientras flota la pregunta:
¿Y Pedro Sánchez qué hará?
III
Dicen que en el Parlamento
los protocolos exigen,
y quienes votan se afligen
porque ha llegado el momento.
Explican los argumentos
de lo que ellos votarán,
se abstendrán o negarán,
con el mango o con la punta,
sin respuesta a la pregunta:
¿Y Pedro Sánchez qué hará?
IV
Pues, sí, Sánchez, eres centro
de aplausos, dudas y sables,
unos te han echado un cable
y otros barren para adentro.
Y, culminado el encuentro,
a Rajoy se investirá,
pero fuerte sonará
la memoria de tu nombre;
preguntarán, no te asombre:
¿Y Pedro Sánchez qué hara?
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