Definitivamente, aquí más de uno ha perdido la chaveta. Lo que en ciencia política puede ser un motivo de diferencia, un punto de partida para la negociación o incluso un derecho territorial se convierte en charlatanería cuando está en manos y en boca de personas que utilizan la demagogia o que simplemente tratan de huir hacia adelante enmascarando su propio fracaso culpando a otros. Cataluña tiene unas especificidades indiscutibles, y la actual situación es el resultado de la ineptitud de unos y otros para sentarse y establecer acuerdos, como ocurre continuamente entre los estado federados de Estados Unidos o con las distintas entidades políticas que componen la actual república Federal Alemana. Se suele pensar que los equilibrios establecidos en Norteamérica vienen del comienzo de su historia hace más de dos siglos, o que Alemania es tal cual la vemos hoy desde el día después de la terminación de la II Guerra Mundial. No es así, hay cambios aquí y allá, negociaciones, acuerdos y política en sentido amplio. En España, se hizo la Constitución de 1978 y nadie ha vuelto a sentarse a dialogar con seso más allá de las comisiones parlamentarias durante la redacción o reforma de los estatutos de autonomía. Todo se pudre por inacción, y en las retaguardias calientan los ánimos los palmeros de uno y otro lado cuya idea de diálogo única y suprema es que el otro acepte lo que yo digo sin concesión alguna. Así no hay forma, y el resultado es que estamos donde estamos.
Ante la machacona y cansina cantinela del Gobierno central y sus corifeos de que se ha de hacer cumplir la ley (lo que uno dice y solo eso) y la perreta soberanista que propone sin más la secesión (lo que el otro dice y solo eso), el paisaje es cuando menos confuso, con el agravante de las crisis económica, política, institucional y diría que constitucional, que recuerda otros tiempos, otro siglos. Ahora los independentistas inflan más el globo (aquí estamos a ver quien hace y dice la cancaburrada más grande) y entienden que la Gran Cataluña estaría formada por la actual, a la que habría que añadir la Cataluña Norte (el Rosselló y parte de la Cerdanya), el País Valenciano, la Franja (la zona fronteriza con Aragón), las Islas Baleares y la ciudad de Alguer en Cerdeña (no entiendo por qué, por memoria de la corona aragonesa, no piden también Nápoles y Sicilia). Y lo dicen sin contar con estos territorios. No es un símil de las confrontaciones carlistas del siglo XIX porque los vascos y navarros callan; de momento. Y, claro, mientras sigan hablando de leyes por un lado y derechos por otro, nada sacaremos en claro, sencillamente porque, fieles a nuestra cerril tradición, parecen no haberse enterado de que es la hora de la política. Pero de la de verdad.
Emilio; no sabes lo bien que nos está viniendo, a Euskal Herria, todo el tinglado de independencia de Cataluña, se ha convertido en la ETA que usaban los gobiernos para distraer al pueblo de la pesima política realizada para sus amigos los poderosos banqueros, etc. Aunque para defenderse de su ineptitud no dejan de meter la pata, como no excarcelar a Otegi o meter en prisión a un abogado por defender a una plataforma sobre el acercamiento de los presos, algo así como si un abogado que defiende a un asesino lo metieran en la cárcel. En Euskadi crecen las empresas con empleos fijos y con previsión de dar trabajo a cientos. Aquí se avanza a lo puta, calladitos,fuera de las fronteras de El Rey NO de España es el País Vasco, un país dentro de otro país.Sería largo el nombrarte las empresas punteras, únicas en el mundo que fabrican un producto especial, el I+D funciona de puta madre, desde descubrir piel humana artificial, hasta un producto de 2 milimetros con el que se puede fabricar un móvil, o ayudar a las empresas en automoción, los primeros del mundo, está documentado no lo digo yo,etc. A Otegi le están convirtiendo en un Mandela.