Don Mariano Rajoy: Es mentira que haya aumentado el empleo, se trabajan menos horas y más repartidas con salarios criminales.
Don Artur Mas: Lo que pasa en Cataluña es exactamente lo mismo que ocurre en toda España, que los gobernantes, usted también, solo piensan en las grandes corporaciones que los sostienen, en su permanencia en el poder y en sí mismos, aunque se hunda la sociedad y hasta su propio partido. Así que no me venga con victimismos.
Don Paulino Rivero: Que usted acuda a todas las romerías vestido al uso tradicional está visto que no funciona. Pruebe a ver si vestido astronauta se reduce ese 33% de desempleo que asola Canarias.
Don Pedro Sánchez: Cada día me cuesta más entender qué es exactamente lo que usted propone.
Don Cristóbal Montoro: Resulta muy cómico, patético y esperpéntico que suba el salario mínimo 0,5% y las pensiones 0,25%. Supongo que no pretenderá que aplaudamos mientras sus presupuestos destruyen la educación, los servicios sociales y la sanidad hasta jugar con la vida de los pacientes. Ah, que va a privatizarlo. Entiendo.
Doña Susana Díaz: ¿A qué juega usted? Es solo por saber y eso.
Don Pablo Iglesias: Me imagino que sabrá usted que nuestro rico refranero dice que no es lo mismo predicar que dar trigo.
Doña Rosa Díez, don Albert Rivera, doña Patricia Hernández: Dejen de repetirse, por favor, ya cansan.
Don Alberto Garzón: Aclárese, hombre, que el tiempo corre.
Dones y doñas varios y varias: Solo por asegurarme ¿saben qué significan conceptos como interés general, protección a los más desfavorecidos, servicio a los demás, respeto a la voluntad popular y cosillas de esas que ustedes u otros como ustedes han escrito en La Constitución? ¿Se acuerdan de que había que parar los deshaucios injustos, reformar la Constitución, transparentar de verdad la gestión pública, perseguir y prevenir la corrupción, fortalecer los aparatos judiciales, proteger a la infancia…? Ya, que se han despistado. Vaya por Dios.
Por cierto, don Luis de Guindos, ¿vive usted todavía?
¡que tengan un buen 2015!
Me asombro leyendo esto de cuán sencillo resulta expresar esas verdades de sentido común que todos tenemos claras y cuán difícil es encontrarlas desarrolladas por las instituciones. Y la única conclusión es la que se le indica a Artur Mas. Simplemente hay mala intención y absurdo egoísmo, acumular para estar a salvo de los que son como ellos.