Tiempos revueltos

Yo no sé si dios creó al hombre, pero sí estoy convencido de que el hombre ha creado a un dios en cada momento según le ha convenido. Y esos símbolos dan miedo. La convivencia debe regirse por normas democráticas, como el código de la circulación, pero cuando sacralizamos palabras y conceptos como pueblo, bandera, democracia, constitución, estatuto, himno… Entonces estamos sacralizando lo que es simplemente un instrumento práctico, terrenal y necesario. Dan miedo estos tiempos, supuestamente democráticos, en los que se milita en el nacionalismo a ultranza, en la suprema unidad de la patria, en el ecologismo irracional o simplemente en un tipo de música que crea maneras de vestir y conductas que casi siempre conducen a la intolerancia. Si llevas un suéter sobre los hombros eres un pijo, si comes carne eres un violento, si cantas rancheras eres un antiguo.
zzzislettta.JPGEs para echarse a temblar cuando empieza a haber salvapatrias, paladines de la democracia y guardianes de leyes de convivencia que se veneran como libros sagrados. El que piense que aquí debe haber una agencia tributaria por autonomía es un traidor a la unidad de la patria, el que piense lo contrario es un fascista irredento, y en casi todo igual. Eso se llama intolerancia, es decir, el que no piense como yo es mi enemigo. Las leyes son herramientas que nada tienen que ver con lo sagrado. Se pueden y se deben cambiar a veces. Para empezar y terminar, nada hay sagrado más allá del respeto al otro, y automatismos nos están ahogando y metiendo en un mundo cerrado y virtual que sólo se ve en los móviles y en cientos de canales de televisión, pero que no existe en la realidad.

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