Hay muchos ojos puestos en Madrid para este fin de semana, y parece una casualidad (no creo en las casualidades) que los medios se empeñen en machacar desde el lunes el partido Madrid-Barça del domingo en el Bernabéu. Se está haciendo verdad otra vez aquello de que el fútbol es el opio del pueblo, y es una pena que tan bello deporte y mejor espectáculo sea utilizado para hurtar el foco a lo importante. Porque lo importante es que hay miles de personas caminando hacia Madrid desde distintos puntos de España, en las llamadas Marchas por la Dignidad, que confluyen en la capital el sábado 22. Lo que se juega este fin de semana en Madrid no es la liga de fútbol, es la dignidad de millones de personas que ven cómo son pisoteados uno detrás de otro derechos que han costado años, trabajo y sangre. Ese es el verdadero partido que se juega en Madrid, pero vamos mal si la prioridad sigue siendo informar sobre la tristeza de Neymar, el complejo de Superman de Cristiano Ronaldo, la titularidad de Casillas o las conspiraciones del entorno de Messi (podría vérseles un detalle solidario a esos héroes del balompié). Y es lo que se hace durante horas y páginas, mientras las marchas de ciudadanos expoliados de los más elementales derechos humanos son objeto de gacetillas y cuñas volanderas. Es de un cinismo escandaloso que las grandes corporaciones saquen pecho con las ganancias de sus cuentas de resultados de 2013, siempre a más, y que por el contrario a la inmensa mayoría de la población se le sigan cercenando sus necesidades más elementales. Las primeras declaraciones del arbispo Blázquez en calidad de nuevo presidente de la Conferencia Episcopal fueron para seguir empujando la salvaje ley del aborto de Gallardón, y ni una sola palabra para los pobres, sojuzgados y desposeídos injustamente. Por eso hay que tratar de que España entera marche hacia Madrid solidariamente con los caminantes por la dignidad. La capacidad de abuso y prepotencia del Gobierno tiene un límite, el que le permita la sociedad real de España echada a las carreteras de la reconquista de nuestros derechos fundamentales.
El contenido de los comentarios a los blogs también es responsabilidad de la persona que los envía. Por todo ello, no podemos garantizar de ninguna manera la exactitud o verosimilitud de los mensajes enviados.
En los comentarios a los blogs no se permite el envío de mensajes de contenido sexista, racista, o que impliquen cualquier otro tipo de discriminación. Tampoco se permitirán mensajes difamatorios, ofensivos, ya sea en palabra o forma, que afecten a la vida privada de otras personas, que supongan amenazas, o cuyos contenidos impliquen la violación de cualquier ley española. Esto incluye los mensajes con contenidos protegidos por derechos de autor, a no ser que la persona que envía el mensaje sea la propietaria de dichos derechos.