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Miradas de cine


Ahora que empiezan todos los premio cinematográficos, no me resisto a volver a rememorar las miradas desde la pantalla. Mujeres que saben mirar:

El cine es para mirar, pero hay otra mirada que es la que procede de la pantalla, y que transmite a veces mucho más que las palabras. Para mí, nadie ha expresado más con una sola mirada que Jack Lemmon en la escena de Missing, cuando le comunican sin que se oiga que su hijo ha muerto. En realidad, creo que Lemmon es probablemente el mejor actor que dado el cine en toda su historia, aunque no sea un mito como Brando y otros tantos.
En los años treinta y cuarenta del siglo pasado, se llevaban los galanes duros con mirada triste, que van desde el demoledor Gary Cooper hasta el impasible Robert Mitchum, aunque también los había menos duros aunque igual de tristes, como Cary Grant o James Stewart. Luego llegó el método, pero a pesar de ello el cine logró algunas miradas tan limpias como la de Paul Newman… Y ahí creo que se llegó al tope.

pic[2].jpgPero, desde mi mirada masculina, son las miradas femeninas las que más me han llegado, y para mí el erotismo está en los ojos, en la forma de mirar, mucho más que en cuerpos sensuales que a veces no saben moverse, que rompen la sensualidad y convierten en zafia una escena magnífica.
Cómo olvidar la mirada de Ava Gardner, que siempre era triste aunque sonriera; la de Claudia Cardinale que siempre era alegre aunque llorase; la de Jane Fonda, mostrando inseguridad desde la pretendida fuerza; la de Greta Garbo, indefinible y lánguida; la de Ingrid Bergman, que es para mí la equivalente en mujer a Jack Lemmon, tremenda, inalcanzable, superior; la de Grace Kelly, aristocrática y distante; La insinuante y destructiva de Marlenne Dietricht; la de Irene Jacob cuando es moldeada por el talento de un sabio como Kieslowski; la Marylin Monroe, tan inocente, tan atormentada mientras aparentaba intranscendencia; la de Sofía Loren, llena de rabia y dulzura a la vez…
No, claro que no, ¿cómo iba a dejar atrás la mirada infinita de Julie Christie interpretando a Lara en Doctor Zhivago?
Eso es el cine, porque un actor que no sabe mirar debería dedicarse a otra cosa. Y a todas estas y a pesar de la envidiosa rabieta nacional porque le han dado un Oscar, creo que Penélope Cruz está empezando a aprender a mirar.
Sé que faltan miradas inolvidables por su ternura, su dureza, du singularidad: Klaus Kinski, Silvana Mangano, Orson Welles, Alida Walli, Humphrey Bogart…
Vaaaleeee, Audrey Hepburn

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Las palabras delatan

zzzvillalobossss.JPGPRIMERA SECUENCIA:
Es martes 11 de febrero por la tarde. Enchufo la radio y escucho a Celia Villalobos, vicepresidenta del Congreso y conocida disidente de la doctrina de su partido sobre el aborto, y ante la petición de votación del PSOE para que se retire la ley, ella viene a decir que la propuesta es una provocación y que en el PP no hay traidores por lo que votarán de forma unánime para rechazarla. En primer lugar, se le ve el plumero, porque resulta que cuando hay una propuesta distinta a lo que dice su partido es una provocación (¡viva la democracia!). También debería pensar qué traición es mayor, si la de votar en contra de su partido o la de traicionarse a sí misma.
SEGUNDA SECUENCIA:
Referido a la posible entrevista entre Mariano Rajoy y Artur Mas para tratar el laberíntico asunto catalán, el presidente del gobierno de España ha dicho en Turquía que no puede haber entrevista si quien tiene interés en ella no la solicita, y por lo tanto resulta que están como los párvulos esperando a que llame el otro. Las palabras las carga el diablo si no se piensan bien; Rajoy dice «si quien tiene interés en la entrevista no la solicita»; es decir, para don Mariano es Mas el que debe tener interés, y a él, que es presidente del gobierno de un estado en el que una parte propone su secesión, no le interesa. Pues si eso no le importa, que el último apague la luz y cierre la puerta.

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Franquicias y grandes superficies

zzzz zapaptito.JPGCada individuo es alentado por media docena de ideas; en unos casos son innegociables y permanentes, evolutivas en otros y personales siempre. Por sistema, yo sólo estoy a favor o en contra de unas cuantas cosas, poquísimas en la enorme complejidad del Mundo. He ido aprendiendo que la vida es un conglomerado de preguntas, la mayoría de las cuales tiene más de una respuesta. La cuestión es saber cuál es la mejor, y siempre habrá disparidad según desde dónde se mire. Para no entrar en metafísicas, pensemos en algo tangible, por ejemplo, los hipermercados. Está claro que las grandes superficies son buenas para sus dueños, y malas para los pequeños comerciantes; buenas porque ofrecen productos de todas partes, y malas porque ahogan la pequeña producción isleña; y a veces son buenas por los precios, y malas por la calidad, y viceversa. Las franquicias, una de cal y otra de arena, pero ya empieza a no tener sentido que alguien te traiga un regalo cuando va de viaje a otra ciudad, porque no será nada especial, en todas partes venden lo mismo. Y la pregunta vital es: ¿el comercio del futuro va a estar ocupado exclusivamente por franquicias y grandes superficies?