Paradojas (o parajodas)


zzzzzzzvacas.JPGPara tener sentido de la realidad presente nada mejor que conocer la historia. Es una paradoja, como la mayoría de las grandes verdades, y una paradoja es simplemente una verdad que no lo aparenta. Andamos metidos en superficialidades que consumen horas y horas de radio, televisión y redes sociales, y ríos de tinta en los periódicos y revistas; la actualidad es Belén Esteban haciendo de víctima eterna de no se sabe qué, o Kiko Rivera y Jesulín de Ubrique filosofando a lo Juan Belmonte, que tampoco filosofaba. Y uno relee la historia, compara y se da cuenta de que estamos viviendo uno de los momentos más convulsos de los últimos decenios, hay acontecimientos embalsamados desde 1945 y otros incluso desde 1918 que se precipitan a velocidades de vértigo. Las viejas heridas cerradas en falso comienzan a supurar, desde el Cáucaso hasta Cataluña. Y hay muchas más cosas que huelen a podrido, pero resulta que son Messi y Cristiano Ronaldo los que abren y cierran los telediarios. Ya es arriesgado hasta leer historia, porque nos la cambian según intereses como el chiste de la vaca. Pero, amigo, todas estas incongruencias con apariencia manipulada rebotan, porque esa historia real que no solemos leer nos dice que a las paradojas las carga el diablo.

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