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Enfin, l’été est arrivé

zzzzDSCN4045oo.JPGLo pongo en francés para que parezca que lo dice Cortázar (el 28 de junio se cumplieron 50 años de la publicación de Rayuela), pero sí enfin, l’été est arrivé, por fin el verano ha llegado. Siempre hay polémica estacional con el tiempo, y se oye decir continuamente que nunca ha hecho tanto frío, que este es el invierno más largo que se recuerda, que ha llovido menos que nunca, que ha habido más calima que otras veces. Pues resulta que desde noviembre escucho una y otra vez quejarse de frío, de nubes, de añoranza del sol apenas llegó marzo. Encima, prestigiosos (que no quiere decir infalibles) meteorólogos franceses dijeron hace unas semanas que este año no habría verano. Pues miren por dónde, mes amis, l’été est là, vamos que el verano está aquí para quedarse. En realidad llegó ayer, y ya escuché quejas del sofoco, de lo inaguantable que es el calor, de lo terribles y abrasadores que van a ser los próximos meses. Pues, señoras y señores, madames et monsieurs, meine damen und herren, ladies and gentlemen, signore e signori, dense una ducha, pongan el ventilador, váyanse a la playa o gástense un dineral en colocar el insano aire acondicionado, pero que nadie venga a decirme ahora «¡uf, qué calor! Es lo suyo, en invierno hace frío y en verano calor, hay que disfrutar de cada cosa a su tiempo. Como dice Pérez-Reverte, nos hemos reblandecido, nos quejamos de vicio, esto ha sido así de toda la vida y antes nadie se quejaba.

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¿Recalculando es gerundio ministro Wert?

Después de la reunión con las comunidades autónomas, en la que hasta las del PP se han opuesto a su política de becas, el ministro Wert ha dado una rueda de prensa en la que ha puesto en circulación una nueva palabra, RECALCULAR, que ya existía, pero no con el doble fondo que se adivina en esta nueva utilización. No ha dicho cual será la nueva nota necesaria (será un 6,4 para que apruebe Aznar), y ha dicho que se recalculará todo lo calculable para establecer los cambios en la normativa. Viene a decir que va a poner encima de la mesa el mismo dinero que antes, pero que recalculará los baremos numéricos, por lo que deduzco que introducirá algún detallito por otro lado para impedir la concesión de becas que superen la miseria que ha decidido repartir. zzwertFoto0645.JPGLampedusismo otra vez, porque debe pensar que nos chupamos el dedo. Si son demasiados los alumnos que superan la nueva barrera, habrá que pararlos, y supongo que entrarán en liza otros elementos. Para que sea fascismo como Dios manda y no estemos con machangadas, podría ser el color de los ojos, el pelo y la piel (cuanto más claros, mayor puntuación, no vaya a colarse un mulato), o que sepan de carrerilla el Padre Nuestro en latín, por si el alumno es de otra religión (dirán que es una prueba de lenguas muertas), o si es hijo de homosexuales y cosillas así, no vaya a ser que se cuele un cerebrito procedente de ambientes apóstatas, herejes y degenerados. Ya me lo creo todo; reforman la sanidad, la educación, los despidos y la leyes de aborto que molestan a Rouco. Por cierto, el Sr. Cardenal no ha dicho una palabra del asunto de las becas, y es que sus colegios seguirán llenos y boyantes con los hijos e hijas de las devotas familias de bien que van a centro concertados con dinero de todos. Para eso sí hay. Pero no reforman lo que concierne a los deshaucios, los impuestos a las grandes fortunas, la evasión fiscal gorda y consentida (¿cuándo van a meterle mano a los equipos de de fútbol que deben 5.000 millones al fisco, lo de Messi es calderilla), y hasta podrían bajarle de Interner a Montoro un programita básico para que controle determinadas ventas de patrimonio. Así que, ministro Wert, la puesta en escena de su gente oponiéndose a lo de las becas es otra maniobra que ya no se cree nadie. Por favor, váyase.

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La convención universal del solsticio de verano

zzzzFoto0660.JPGNuestros ancestros se remiten a la noche del 23 de junio, que es en realidad la celebración del solsticio de verano, siempre con lo irracional al fondo. En Canarias unos invocan el fuego mediterráneo, que llena esta noche desde Grecia hasta el Levante español, y que forma parte de una cultura de pólvora y calle estival; otros se encomiendan al fuego celta, como en Galicia, Irlanda, Escocia o Bretaña, y a la comunicación ultraterrena con lo esotérico. De todo habrá, pero en Las Palmas de Gran Canaria también es la fecha oficial del nacimiento de la ciudad (24 de junio de 1478), que curiosamente coincide exactamente con la de la fundación de la Inquisición española (no sé qué querra decir esto), cuando los Reyes Católicos decidieron que ligaban sus reinos a una creencia religiosa y perseguirían a muerte a todas las demás, también con fuego de la hoguera de los herejes. A veces uno desconfía de si realmente nuestra ciudad surgió de la tala inmisericorde de un palmeral (venimos del primer atentado ecológico conocido por aquí) un 24 de junio, porque era día de San Juan, y Juan se llamaban el obispo Frías que venía con los conquistadores, el deán Bermúdez y el capitán que los mandaba, Juan Rejón. Así que tanta magia, tanto fuego, tanta pólvora y tanto Juan solo me inducen a desear que el paisaje que vivimos hoy sea un mal sueño y que despertemos mañana con un día de San Juan luminoso de sol, no de hogueras, embrujos y aquelarres. Ya vale.