Si la nueva ley que propone el ministro Wert no la quieren ni los alumnos, ni los profesores, ni los padres, ni las organizaciones ciudadanas, ¿por qué se empeña en imponerla con el rodillo de la mayoría absoluta? ¿Que se necesita una reforma del sistema educativo para hacerlo más eficaz y más acorde con los nuevos tiempos? Sin duda, pero es que esta ley camina en sentido contrario, volviendo a estadios superados y creando una carrera de obstáculos de la que solamente saldrán victoriosos los que puedan pagarse caminos privados. ¡Era eso! Se trata entonces de privatizar la educación, y con eso agrandar el abismo que ya existe entre los diferentes estamentos de la sociedad. Forma parte esta ley del entramado que el PP está tejiendo a marchas forzadas en Justicia, aborto, Servicios Sociales, Sanidad, Dependencia… Siempre salen perjudicados los menos pudientes y siempre hay alguien que gana mucho dinero. Además, ya es que ni se paran a conversar (decir negociar o debatir sería una blasfemia). Porque ellos tienen la razón divina, que les viene del dios Don Dinero, y no se atienen a ninguna otra consideración. Se jactaba Rajoy en el Congreso de que van mejor las cuentas del estado, de que ha bajado la prima de riesgo, de que sus recortes empezaban a dar frutos; pues sí, dan frutos a los del dinero, a los demás que los parta un rayo. ¿No sería preferible un Estado más endeudado que moviese la economía para agilizar el consumo y crear empleo? Así lo hacen en Estados Unidos y tan bien que les va, pero esto es Alemania… quiero decir Europa, y se trata de que los del norte compren el sur a precio de saldo. Europa ya no empieza en los Prirneos, empieza en Los Alpes.
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