Ya ocurrió en el período de entreguerras. La ecuación es de lo más sencillo: hay una crisis creada por la voracidad del capitalismo ultraliberal, el pueblo angustiado se entrega a las prédicas victimistas porque siempre la culpa del diferente (extranjero, homosexual, judío…), aparecen líderes de cartón-piedra con discursos simplistas e incendiarios, y a lo tonto se instala el fascismo-nazismo-nacionalismo excluyente, con matices distintos pero con un desenlace idéntico: fanatismo, estado totalitario, imperio del miedo y desaparición de la libertad y casi siempre de la supervivencia. Los nazis eran cuatro locos que se reunían en Munich alrededor de Adolfo Hitler, un tarado que si prestamos atención a su discurso se parece mucho al de un borracho ignorante y violento. Daría risa, pero es muy peligroso. Los fascistas eran distintos, pero también pocos, y Mussolini un encantador de serpientes que más parecía retransmitir un partido de fútbol que pronunciar un discurso político coherente. Al final, esos monstruos crecen y se hacen con el poder; se alimentan del descontento y se convierten en símbolos intocables. La Falange era un grupo muy minoritario en el Congreso de los Diputados, lo mismo que los nazis en Alemania, y poco a poco, clamando venganza, predicando ultracatolicismo o invocando un imperio de cómics toman la batuta. Ahora mismo el caldo de cultivo es ideal para estos movimientos, y quienes tienen responsabilidades políticas tienen que cercenar esas simientes del odio. Pero resulta que, como siempre, piensan que son cosa menor, y hasta les ceden espacios para que lancen sus proclamas (ya ha ocurrido en España). Hay que estar atentos, porque con discursos victimistas y culpabilizadores de los otros se le da muy pronto la vuelta a la tortilla. Acuérdense de Eva Perón.
6 opiniones en “Sigan riendo y déjenlos crecer”
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La Falange eran cuatro gatos (hombre, así de memoria creo recordar que diez escaños en las Cortes republicanas) y siguieron siendo los mismos. Cosita aparte fue que Franco se aprovechara de ellos y los trepas del momento también. («Hechos de Salamanca de 1937»).
Hoy no creo que pase eso que preconizas. Ya lo dijo Franco en el 73: Tenemos las clases medias.
Y Tele5.
Más que clases medias nos va quedando cuarto y mitad.
GOLLLLLLL DEL Osasuna,Emilio esa foto parece la de la película el Resplandor, dentro de un rato saldrán esas niñas?.
las crisis acaban con las clases medias en todas partes. Telecinco, pues no se yo que se puede ver. Yo veo el CSI. que para eso soy ayudante de Horatio, jo el que que transmite el futbol, ese que se parece a Sarkozy, no debe tener la tensión alta, que barbaridad, que manera de hablar, no me gustó nunca la falange y de la Jons, y nos la hacian estudiar yo me aprendí dos discursos de Jose Antonio y los mezclaba en los exámenes, era un lenguaje críptico, eso de una unidad de destino en llo Universal.
Ya en la Universidad nos enfrentamos para no estudiar esa Maria.
Además de zapatos, me gusta fotografiar túneles. No sabría decirte por qué.
…Y elefantes, D. Emilio, que últimamente vamos a uno por mes. …Y no quiero decir nada de las peculiaridades físicas de esos prodigiosos animales.
Aunque yo no comparto ni lo más mínimo la ideología totalitaria -lo cual incluye al comunismo, incluso aquel tan idolatrado por la juventud española de los 70- hay que poner a cada cual en su sitio. José Antonio Primo de Rivera estaba en la cárcel de Alicante, a menos de un kilómetro de un crucero de la Armada, que encima se llamaba «Canarias», y que fue uno de los pocos que apoyó el alzamiento del 18 de julio. Una simple llamada de Franco, un simple bombazo, y José Antonio no habría sido fusilado. Suma dos y dos.
Insisto, porque en esta sociedad juancarlista (palabro que antes significaba «estúpida») hay que matizar que uno es un demócrata, por lo cual no hay diferencia entre un jefe de ETA, el Frente Polisario y el Ché Guevara.
Saludos.