La noche electoral de estos comicios ha sido como el que ve en diferido un partido de fútbol en televisión conociendo el resultado. Ha sucedido casi exactamente los que se esperaba, aunque unos hablaban de una marea de votos del PP que rozaría los 200 escaños, y se las prometía muy felices todos lo demás, excepto el PSOE, porque el éxito nunca visto de los demás se basaba en un cataclismo socialista que algunos llevaban por debajo de los 100 diputados.
Pero para quien husmeara un poco en la trayectoria de las elecciones desde 1977 nada de eso iba a ocurrir, por muchos puntos de ventaja que dieran las encuestas a este o al otro. El PSOE tiene un tope electoral por debajo, que funciona como un dique, y si no hay catástrofe socialista lo demás queda muy desvaído. Lo demás era previsibre: que IU subiera exponencialmente porque recoge votos de la izquierda decepcionada del PSOE, que los nacionalistas subieran un poco, con la curiosidad de si sería Amaiur o el PNV el que se llevase el gato al agua en Euskadi, que la UPyD subiera moderadamente con Vargas Llosa de pregonero (Me refiero al partido de Rosa Díez, que es una fuerza nacida en torno a una sola persona, como en su día lo fue el CDS de Suárez o ahora la Nueva Canarias de Román Rodríguez).
Como norma general, la suma de los diputados conseguidos por el PSOE y las fuerzas de centro-derecha ha estado en 300 diputados (diez arriba o abajo), dejando alrededor de un 12% para el resto de las siglas que lograron escaño. Es decir, PP y PSOE tienen siete partes de ocho en la representación popular. Así sucedió en todas las elecciones desde 1977 hasta 2004, año en que los dos partidos mayoritarios sumaron 323 diputados, lo cual llevó el bipartidismo a su máxima expresión. Ahora, con los actuales resultados (suman 306 con las posibles leves fluctuaciones de última hora), lo cual indica que en estas elecciones se ha dado la paradoja de que, cuando más parecía que todo iba a decantarse abrumadoramente hacia un lado, se ha vuelto a la normalidad de siempre, aunque ese 12% restante se ha repartido de distinta forma y aparecen nuevos grupos parlamentarios y un varipinto grupo mixto. Pero lo importante es que, al final, gana el PP como estaba previsto, y, como predijo mi oráculo, la noche electoral Mariano Rajoy lanzó el discurso de Churchill envuelto en el celofán de la buena educación.
Un comentario en “Elecciones en diferido y más de lo mismo”
Responder a Dumi Cancelar la respuesta
El contenido de los comentarios a los blogs también es responsabilidad de la persona que los envía. Por todo ello, no podemos garantizar de ninguna manera la exactitud o verosimilitud de los mensajes enviados.
En los comentarios a los blogs no se permite el envío de mensajes de contenido sexista, racista, o que impliquen cualquier otro tipo de discriminación. Tampoco se permitirán mensajes difamatorios, ofensivos, ya sea en palabra o forma, que afecten a la vida privada de otras personas, que supongan amenazas, o cuyos contenidos impliquen la violación de cualquier ley española. Esto incluye los mensajes con contenidos protegidos por derechos de autor, a no ser que la persona que envía el mensaje sea la propietaria de dichos derechos.
http://youtu.be/jNHLgrx2tP0
http://youtu.be/h9W-jOY8jz0