Meteduras de pata
Eso es lo que han sido las desafortunadas palabras de Artur Mas y Durán i Lleida. Han abierto la caja de los truenos, entran en liza los andaluces y todos los nacionalistas españolistas a marchamartillo. A esto se unen Carlos Herrera -que también ha metido la pata hablando de «basura nacionalista»- y Pilar Rahola, con su artículo rebatiéndolo, y llueve encima del ruido que se ha montado al enviar al Oscar una película hablada en catalán. Está claro que se divisa una campaña electoral que ya es una realidad (llevamos meses en campaña) y parece que esta vez vale todo, incluso que Aznar desentierre los fantasmas de la lucha contra el terrorismo de ETA. Y me pregunto si los propios catalanes saben de qué va todo esto o es cuestión de políticos.
Hace unos días, vi una entrevista que le hacían a Pau Gasol en una televisión norteamericana, y le preguntaban por lo que aquí llamamos el problema catalán; Gasol lo despachó diciendo que eso eran cosas que venían de la Guerra Civil y el franquismo. Es decir, Gasol, que estudió en democracia, no se ha enterado del asunto. Ya sé que es complicado meter en un respuesta rápida destinada al público americano la Marca Hispánica de Carlomagno, el reino de Aragón, la Guerra de Sucesión con Felipe V entrando en Barcelona, todo el siglo XIX, los problemas durante la II República… Pero reducirlo al franquismo es otra metedura de pata. El asunto es complejo, y disparates como los de Mas, Durán i LLeida, Carlos Herrera y la medias verdades de ambas partes no ayudan.
Los coptos conforman una cultura cristiana que proviene de los primeros siglos del cristianismo, con una lengua propia y mucha historia. Dentro de ese cristianismo también hay ramas (católicos, ortodoxos, evangelistas), pero básicamente son cristianos y en un país como Egipto suponen el 8% de la población. Son cristianos en territorio mayoritariamente musulmán, y parece que la llamada Primavera Árabe no lo está siendo para ellos, porque, a medida que ganan territorio los Hermanos Musulmanes, los cristianos quedan más aislados y, hay que decirlo, perseguidos. Una y otra vez hay ataques violentos contra las iglesias coptas en Egipto, y estos denuncian la pasividad de la policía y el ejército. Según parece, al poder establecido no le importa demasiado que maten a unos cuantos cristianos. Y esto hay que denunciarlo, porque si clamamos por la libertad religiosa tenemos que oponernos a esta violencia que está costando muchas vidas. Cuando Benedicto XVI dice que la Iglesia es perseguida tiene razón, pero no solo la católica, también persiguen a las otras confesiones cristianas. Otra cosa es que diga que en España se persigue a los católicos, lo que no es verdad, y si no hemos estado de acuerdo en su momento con estas afirmaciones, ahora hay que decir que sí que persiguen a los coptos en Egipto, y la comunidad internacional debiera presionar al gobierno de El Cairo para que proteja a los cristianos egipcios, que tienen derecho a vivir el credo que les dé la gana. No puede haber paños calientes, porque la religión debe ser libre para todos y en todas partes.