Como una regadera

Hace unos días me corté el pelo. La barbería de mi barrio es eso, una barbería de las de siempre, con unos lugareños que la frecuentan a diario para leer el periódico y comentar, y un barbero amable, discreto y comunicativo a la vez. Ese es un arte muy difícil, pues siempre está en medio de los grandes temas que allí se tratan: la guerra de Libia, la vulcanología de El Hierro, la política a todos los niveles, la marcha de la UD Las Palmas y cómo no, el fútbol en todas sus dimensiones. Cualquiera no puede ser barbero, hace falta un don especial.
Fortuna2[1].jpgCuando me iba, entró en el local un vendedor de la ONCE ofreciendo cupones. Le pedí uno y me dijo que escogiese. Uno cualquiera, le dije con frase machacada, todos entran en los bombos. Se negó, alegó que él no era un árbitro del destino, que si me daba un cupón premiado se lo estaba negando a otro, y viceversa. Insistí en que me diese uno al azar y volvió a negarse. Como no hice ademán de elegir uno, se marchó sin venta. Menos mal que el barbero intervino, lo detuvo y escogió dos iguales, una para él y otro para mí.
Me quedé perplejo. El barbero también, y entonces yo quise justificar la actitud del vendedor con unas consideraciones sobre el destino, el azar y las manos que influyen en nuestras vidas sin darse cuenta. El barbero, haciendo aspavientos para que parase, me dijo:
-Déjese de filosofías, don Emilio, esas las guarda usted para esas cosas que escribe en los periódicos y en Internet. Si este tío habla para impresionar, es un soplagaitas, porque encima deja de vender, que es su trabajo.
-¿Y si cree firmemente en lo que dice?
-Entonces, amigo, es que está como una regadera.
Pues será eso… O lo otro. Por cierto, el cupón tenía el reintegro.

7 opiniones en “Como una regadera”

  1. Que cosas!! será un filósofo de la Suerte, seguramente le da un toque diferente, una cosa que siempre digo cuando voy a comprar un cupón es, Mire a ver si me ha tocado algo»»Mire» y es ciego y no puedo remediarlo, lo hago de forma insconciente, si donde a veces me tomo un cortado entra un muchacho al que le compro siempre, antes me daba el reintegro pero ya nada, y digo eso del Euromillón y ya sabe que me refiero al Cuponazo, que lo llamo asi, tu barbero no será , por cierto, Pepe? de toda la vida…

  2. Eso le pasa, Don Emilio, por intrusismo profesional. La filosofía, para los filósofos: no vaya a ser que de tanto frecuentar a Platón y a Descartes y a todos esos que dedicaron su vida a la devaluada tarea de poner por escrito su pensamiento, ya no pueda usted ni cortarse el pelo en la barbería de toda la vida.
    Aunque para filosofía de la vida la del barbero, calificando de «soplagaitas» al vendedor que, por su talante polémico y su inclinación a la disputa -por otro lado, rasgos muy característicos de los filósofos-, perdió la venta.
    Ya uno no puede ni pedirle al vendedor que le elija el número. Por lo menos, el cupón tenía el reintegro. Menos da una piedra, que diría mi señor padre.
    Saludos.

  3. Es que peluquero puede ser cualquiera que haga el módulo de peluquería, pero barbero… Amigo mío, se trata de tener opinión y no tomar partido. Yo he visto a mi barbero defender las excelencias de Messi ante un madridista, y el otro no se cabrea porque sabe decirlo. No sé, tienen un don.

  4. Estimado Don Emilio:
    Usted piensa que el vendedor de la ONCE (Que vera menos que un galapago en una verbena) podria distinguir la numeracion,en un boleto.
    Pienso que sus argucias ,fueron una coraza para no decir noble y educadamente ,que era imposible poder ayudarle a la eleccion del boleto.
    Si hubiera sabido , lo inteligentes que eran Ud. y el barbero , podrian haber mantenido una tertulia inolvidable.c
    .

  5. Para empezar, el vendedor no era ciego. Tenía discacidad en una pierna. En todo caso, los vendedores ciegos cogen un cupón al azar y te lo dan. No se trata de elegir un número (que también los memorizan) sino de arrancar un cupón, el que sea.

  6. Eso es cierto, D. Emilio, esta gente tiene un don. Médicos, maestros, curas …y barberos, estos son los últimos supervivientes de aquellas doctas autoridades de antaño. Lo que ellos dicen va a misa; un viejo dicho de barbero dice “Si ves a un buen hombre imítale, y si ves a uno que se complica la existencia analízate a ti mismo”; pues nada, a resignarse y a regar geranios. Por cierto, ¿alguien sabe de qué hablan los peluqueros?
    Saludos.

  7. Los peluqueros, sobre todo si son «unisex» hablan de lo mal vestida que iba fulanita, del maquillaje horroroso de aquella otra y cosas así. Ah, y suelen descalificar a todos los de su gremio, solo ellos saben hacerlo bien (¿quién te cortó el pelo? ¿Qué flecos mas disparejos?

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