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La misa y la guerra

El pueblo, que pasa por ser muy sabio, solía decir que «en tiempos de guerra no se oye misa», dando a entender que cuando hay una situación complicada lo que urge es concentrar todo el esfuerzo en salir de ella. Eso parece lógico, pero en medio de esta crisis brutal, algunos -muchos- han cambiado la frase por la de «a río revuelto, ganancia de pescadores». zzpiscinnn.JPGPor mucho que hablen y digan, todo está como en suspenso en espera de las elecciones del día 20, y los movimientos que se hacen en la UE obedecen a los intereses de Alemania y un poquito de Francia. Merkel se comporta como una madre autoritaria, y se olvida de que si Alemania tiene más fuerza es porque vende sus productos en los países que tanto alecciona. Ya dije hace casi dos décadas, al poco tiempo de la reunificación alemana que Europa capial Berlín, y se me tiraron al cuello. Los norteamericanos tampoco son flojos, y allí lo que manda es el negocio a cualquier precio. Ahora quieren reabrir los yacimientos de uranio que hay en la zona del Gran Cañon. Si es o no zona medioambiental protegida, parque natural o reserva de biosfera les importa un carajo cuando el precio del uranio está por la nubes. Siempre es lo mismo, pan para hoy y hambre para mañana, y el gran empresariado, que es igual en todas partes, aprovecha el ambiente de crisis para ajustar costes con los despidos, aunque siga teniendo el mismo trabajo. Esa es una de las cosas que no se entienden en el sector turístico canario, dicen que estamos repletos de visitantes y sin embargo el paro sigue creciendo en el sector. Que me lo expliquen, porque si todos tenemos que apretarnos el cinturón no sé qué letra de la palabra «todos» no entienden.

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Un brote después del diluvio

La desaparición de Manuel González Sosa viene a clausurar una época de nuestra literatura, que dio comienzo en plena Guerra Civil y se prolonga hasta ahora, porque aún tenemos felizmente viva a María Dolores de la Fe. En los años cuarenta comenzaba a rebullir la cultura en Gran Canaria, en medio de la desolación general y la mordaza impuesta por la dictadura, que entonces quería asentarse y no se andaba por las ramas. Pero la literatura se movía en todas direcciones, y a pesar de que, en palabras de Agustín Millares, «Ningún pájaro vuela, cuando el aire no existe», los pájaros de la literatura trataban de levantar el vuelo desde diferentes palomares. Uno fue sin duda la generación de Antología Cercada, con Lezcano, los Millares, Ventura y Angel Johan, pero también se movían en distintos ámbitos y géneros Juan Manuel Trujillo, Isidro Miranda, Chano de la Nuez, además de Manuel González Sosa y sus entonces inseparables Carmen Laforet y María Dolores de la Fe.
Hay que decir, que en este grupo, en el que también se solía mover Pancho Guerra, una década mayor que ellos, había dos maneras de enfrentarse a la vida. Por un lado estaban el creador de Pepe Monagas y Mª Dolores de la Fe, que se apoyaban en el costumbrismo y el humor tanto en la literatura como en lo cotidiano. Por el otro, más circunspectos y exentos de cualquier concesión a la sonrisa, Carmen Laforet, que se decantó claramente por la narrativa y fue la que inauguró el Premio Nadal con su novela Nada, y el poeta que acaba de dejarnos, siempre en el extremo del rigor, que seguramente le impidió publicar más versos por una autoexigencia a veces exagerada. Había un quinto, que cuando paraba por Las Palmas iba a su aire -siempre fue por libre-, con la ironía y el desparpajo sin faltar a la norma, que fue Antonio de la Nuez Caballero. A ambos, Antonio y Manuel, podría vérseles hasta no hace muchos años en su tertulia semanal del Hotel Madrid.
zmgs.JPGA pesar de su carácter menos expansivo, González Sosa fue un animador cultural importante, sobre todo en las décadas siguientes, cuando creó la revista San Borondón, uno de cuyos números dedicó a un poeta llamado Félix Luján y que cuentan que no era otro que él mismo, haciendo una especie de juego de heterónimos del que poetas atlánticos como Pessoa y Quesada tanto gustaban. También fue el fundador de las páginas culturales Cartel de las letras y de las artes en el Diario de Las Palmas, que en una época como aquella fue una puerta abierta para oxigenar la literatura que entonces tenía que hacerse casi de contrabando.
La obra de Manuel González Sosa se reparte por lo tanto en pequeñas entregas y algunos libros que fueron su alfa y omega, como Sonetos andariegos (1958) y Laberinto de espejos (1994), y media docena más en medio. González Sosa es una voz de las muchas que surgieron cuando todo se cubrió de negro, y esas voces, poco a poco, trajeron la luz con no poco esfuerzo. Ese tiempo, que hoy nos imaginamos como brotes después del diluvio, se nos antoja como un nuevo origen que, por circunstancias tan trágicas, surgía en el aire. Ha muerto un poeta de aquellos, un alistador de canales de riego de la literatura y el arte; cumple pues que, en su partida, demos noticia de lo que aportó como generador de dinámicas, que es como hoy lo llamarían los monitores de marketing. Descanse en paz.
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(Este trabajo se publicó el miércoles en la edición impresa de Canarias7)

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Iberoamérica

zzzzcatarata2[1].jpgEn vísperas del V Centenario del Descubrimiento de América, el Gobierno español -entonces presidido por Felipe González- trató de relanzar la vieja entelequia de Iberoamérica. La verdad es, veinte años después, hay que decir que ha funcionado como se esperaba, es decir, mal, o incluso podríamos afirmar que no ha funcionado. Las cosas no pueden ser forzadas, y a la retórica de la Hispanidad desde la idea imperial se pasó a una nueva retórica que albergaba la esperanza de que España sirviera de puente con la UE. Pero Bruselas se las tiene directamente con Iberoamérica, y en realidad ahora mismo el único país que le interesa es Brasil, porque puede comprar deuda y porque es un estado emergente que es mejor tener de su lado. ¿Por qué si no hay con dos años de diferencia unos Mundiales y unos Juegos Olímpicos en Brasisl? Ni siquiera la muy mediática Cuba importa a los europeos, y es que esta Iberoamérica nieta de Colón no le interesa ya ni a los iberoamericanos. ¿Para qué van a mirar hacia España y Portugal? ¿Para que les ayuden? La prueba está en que este año han faltado la mitad de los dirigentes de los países que hablan español y portugués. Fue bonito mientras duró, aunque en el fondo han sido amores a la fuerza, donde España trataba de recuperar una sombra del pasado, quien sabe si soñando con una commonwealth ibérica. Pero a estas alturas, ni si quiera la verdadera Commonwealth es lo que era, así que España lo más sensato que puede hacer es trabajar las relaciones país por país, y reforzar su embajada en Brasilia.