¿Fútbol, boda o que te parta un rayo?
Según me ha asegurado una persona de toda mi confianza, además del Real Madrid y el Barcelona, hay otros equipos de fútbol. Ya, ya sé que es difícil de creer, pero esta persona nunca me ha mentido, aunque cabe la posibilidad que a su vez haya sido engañada. Yo siempre había creído que el fútbol consistía en el gran enfrentamiento entre dos colosos, y los demás partidos que ellos juegan son entrenamientos con equipos que usan como «sparring». He hecho un par de llamadas, y parece ser que sí, que hay más equipos de fútbol, y como así me lo aseguran tendré que creerlo, pero lo que veo a mi alrededor es que sólo hay dos. Pero ganan trofeos y no les dan importancia, no los cuidan; por ejemplo, el pasado miércoles, el Real Madrid ganó una copa enorme, que le entregó el Rey a Casillas, y la rompieron esa misma noche. Tanto trabajo para nada. O sea, que el Real Madrid ya no tiene copa. Y si tanta saturación futbolera sobrepasa su aguante, ahí tienen la boda del heredero-del heredero del trono británico. Así que, pueden elegir: fútbol, boda, programas zafios de televisión, basura política cada vez más nauseabunda y guerracivilista, pegarse un tiro (ojo, en una pierna, porque en la cabeza mata, ha habido casos) o que te parta un rayo.
La libertad de creencias es algo que debe estar por encima de cualquier cosa, pero siempre me pregunto cómo es posible que una creencia legítima cruce la línea del fanatismo. Por aquí se hacían promesas de ir caminado a ver a un santo, un Cristo o una Virgen. Es una tradición que se vaya cada año caminando a visitar a las patronas. Hace años llegaban a Teror peregrinos con los pies destrozados porque acudían descalzos desde cualquier punto de la isla, por caminos reales terribles, y luego remachaban haciendo de rodillas el recorrido entre la plaza y el altar. Recuerdo con horror ver el suelo de la basílica de Teror regado de la sangre de los peregrinos, que en su buena fe hacían ese sacrificio. Afortunadamente eso ya no se ve por aquí. Las autoridades eclesiásticas se oponen, el Arzobispo de Manila ya no sabe qué hacer ni decir, pero el fanatismo pasa por encima hasta de las normas de La Iglesia. Entiendo que haya ritos pero no esas acciones terribles que en el siglo XXI tendrían que acabar.