A unos les dan la flor de no sé qué; a otros la medalla de nosecuántos, el premio de tal o cual, el Oscar, el Globo, el Oso o la Espiga, la orden de la cacharrería o el guante, la bota o el balón de oro. Todos son personajes famosos en lo suyo y más allá, generalmente bien cubiertos y sin necesidad de más trastos que no saben dónde guardar. Hace unos días le robaron al tenista retirado Peter Sampras un montón de copas y medallas, que tenía guadadas en un almacén de Los Angeles porque en su casa no le cabían, o le molestaban. Por lo visto, obtener uno de esos trofeos o reconocimientos no vale tanto en sí mismo como que te lo den a ti y no a otro. Y luego viene la consiguiente pregunta: ¿Es que ya no se hacen las cosas por el mero placer de hacerlas? Todo tiene que venir corroborado con un premio, una medalla o un galardón que nada añade a lo que se ha hecho, pero, claro, no se trata de tenerlo, sino de que no lo tenga el otro. Luego los guardan en el trastero o un almacén, porque ya son chatarra. ¿Que habrá hecho Jack Nicholson con sus estatuillas de los Oscars, Federer con sus copas o Vargas Llosa con las medallas y los pergaminos que lo acreditan como ganador de incontables premios? Alguien me decía que a los ganadores de Roland Garrós y Wimbledon les dan una copa muy celebrada y a los finalistas una bandeja, que recogen a regañadientes y por lo visto pocos guardan porque esa bandeja es la constancia material de que perdieron la final. Vanidad, espuma, burbujas y no otra cosa. Hacer bien algo ya debería ser suficiente satisfacción.
Un comentario en “Premio, medallas, diplomas”
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Pues es así Emilio, nadie hace algo para los demás por el plcer de un trabajo bien hecho, y tu propia alegria, muy contadas serían las personas que lo hiciesen, por amor al Arte, todos son reconocimientos que está muy bien tenerlos por algo que gusta y te significa de los demás.
Lo del Tenis y La Bandeja me hizo gracia porque siempre pensé donde pondrian tremenda bandeja.
Nos deberían dar a cada uno que resistimos en tiempos de cólera el desaguisado económico pastillas para la alegria esas que nos suele llegar por algún e-mail.
y a los Deportistas que le dan premios y aparece el Dopaje o a Escritores como tu nombras que se lo escriba un «negro» que no sé por qué ponerle color negro a quién le regala su talento y ese se lleva el Premio.
Ahí está Ana Rosa Quintana que tiempo ha, escribió un libro plagiado y va y dice que fue error informático, y ahí está sigue trabajando en ese su progrma, se casó con un hombre rico, y no se le cayó la cara de vergüenza, claro, se me olvidaba, nunca la ha tenido.
En las Revistas sale más la novia del Hijo de Vargas LLosa que fue esposa del hijo de la Duquesa de Alba y brilló más por sus vestidos que el Nobel con su premio.
Por cierto la llaman Genoboba, pero eso parece no importar en una familia de intelectuales, no creo que haya leído nada de él.
Como esa chica que nunca supe lo que hacía pero vivia en una casa que le querían quitar un ex, la de los candelabros, que decia » sigo mucho a Vargas LLosa» pero no había leído nada de él, pues eso.