Lo siento mucho, pero no puedo comulgar con piedras de molino ahora que se vuelve a activar lo de la flotilla del Sahara. Escribí hace un mes sobre este asunto, y por ello enlazo con el post del 2 de septiembre para no repetirme y hasta pongo la misma foto. Sabemos lo que pasa en el Sahara, sabemos cuál es la posición de Marruecos, conocemos la debilidad de los diferentes gobiernos españoles porque siempre les echan encima Ceuta y Melilla y también es patente la política que sobre la zona siguen y apoyan Francia y Estados Unidos.
La cuestión es que este asunto no puede resolverse en plan barricada, y por eso creo que las sucesivas flotillas que lleguen a El Aaiún tendrán el mismo final. Por mucho que grite Willy Toledo el gobierno de Madrid -el que sea- mirará hacia otro lado. Hay que ser firmes y consecuentes, lo sé, pero no parece muy práctico dar una y otra vez coces contra el aguijón. Como llevo treinta años clamando en el desierto sobre este asunto (la mayor parte del tiempo solo) puedo permitirme decir que cada flotilla que llegue al Sahara desde Las Palmas o Santa Cruz lo único que conseguirá es poner a Canarias en el mapa de la información internacional como zona de conflicto, y encima el asunto saharaui no se moverá ni un milímetro. A ver qué turista europeo va a subirse en un avión rumbo a un lugar que acaba de ver en los noticiarios como escenario de un conflicto, porque desde lejos se magnificará y parecerá mucho mayor.
Sé que muchos se rasgarán las vestiduras porque hay quien espera que yo escriba lo que ellos piensan, pero la honestidad intelectual me obliga a escribir hoy en estos términos. Yo quiero lo mismo que ellos, pero no a costa de Canarias, y me inquieta que políticos canarios de probada trayectoria no lo entiendan. ¿Es eso lo que quieren? Pues muy bien, muera Sansón con todos los filisteos, yo me limito a sopesar todos los factores con los datos que tengo, y ahora afirmo que se está jugando con fuego. Luego nadie podrá decir que no avisé (segundo aviso).
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