El ataque de Israel a la flotilla de ayuda humanitaria no tiene justificación posible. Es un crimen se mire por dónde se mire, y si una acción así fuese perpetrada por cualquier otro país la comunidad internacional tomaría cartas muy duras en el asunto. Recordemos, por ejemplo el bombardeo de Belgrado por parte de la OTAN, por poner un ejemplo relativamente reciente.
Ya sé que lo que se refiere a Oriente Medio levanta ampollas, porque estamos hablando de pueblos masacrados en algún momento de la historia. Ayer los judíos, hoy los palestinos. Sin duda uno de los grandes errores políticos del siglo XX es la creación del Estado de Israel. Gran Bretaña no estuvo muy fina y los demás aliados tampoco tuvieron visión de futuro, y dejaron que el sionismo y la vieja Declaración Balfour pesaran más que todo lo demás. Ahora, Israel parece tener carta blanca, posee armamento nuclear y está rodeado de potenciales enemigos. Está claro que si no se consigue un acuerdo nada bueno puede esperarse. Ya sé que esto suena a ingenuidad, porque nadie parece querer acuerdos sino que se encomienda a la fuerza. Con acciones como este ataque a la ayuda humanitaria se sobrepasan las más elementales fronteras de la ética. Mal vamos. Y al fondo, siempre la religión.
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(La foto es del Monte Sión, cerca de Jerusalem)
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