Otra polémica de las nuestras
Estuvimos años y años mareando la perdiz sobre la ubicación de Auditorio, dilucidando los pros y los contras de la circunvalación, discutiendo las modificaciones del Teatro Pérez Galdós, planificando las prestaciones de la Gran Marina… Y más cosas, unas salen adelante y otras se pierden en la noche de los tiempos, como el rockódromo o el gran parque de La Isleta.
Ahora tenemos dos grandes temas para después del café: el tranvía al Sur y el teleférico del Roque Nublo. Y así con tantos proyectos que unas veces son lógicos y otras no tienen pies ni cabeza, condiciones que no son directamente proporcionales a que salgan o no adelante. Hay proyectos, como el parque del Guiniguada, que tienen una lógica aplastante, pero no sabemos cuándo será una realidad porque en estos momentos el dinero no sobra y la UE ya no es aquella mina de la que estuvimos sacando oro durante décadas.
La gran sorpresa es el proyecto de acondicionamiento del Estadio Insular, que se anuncia con el arquitecto Calatrava a la cabeza. El Ayuntamiento dice que no puede ser porque hay trámites avanzados sobre un parque en la zona, y el argumento es que a la UD Las Palmas el campo de Siete Palmas no le va. Yo sé poco de casi todo y sólo se me ocurren preguntas: ¿Jugaría mejor la UD en el Estadio Insular? ¿No era ya un desastre hace una docena de años, cuando aún jugaba allí? ¿De verdad tiene tanta incidencia social y económica un equipo de fútbol? ¿Qué vamos a hacer con el Estadio Gran Canaria que costó una pila de millones? ¿Dar vida a Ciudad Jardín no equivale a quitarla a Siete Palmas? ¿Quién va a pagar todo eso (Calatrava no es barato, ni sus proyectos tampoco)? Pero ya digo, yo de esto, como de casi todo, sé muy poco.
Cuando el país está en un momento político y económico «especial», el mundo se asombra de que los jefes de los dos partidos que juntos conforman el 85% del arco parlamentario se sienten a dialogar. Pero, ¡Oh! No van a hablar de todo, sino de un par de asuntos, que incluso se refieren a la ayuda Grecia. Ese gran espectáculo que viene en las portadas de todos los medios en realidad es un chasco antes de producirse.