Alfonsina y Ariel
Para varias generaciones Ariel Ramírez fue siempre una bandera, porque nos mostró la altura poética de la canción argentina que sabía volar muy lejos, porque a muchos descubrió quién fue y qué hizo la poeta Alfonsina Storni, y porque es autor de una de las canciones más bellas que se hayan escrito, Alfonsina y el mar.
Y se ha muerto, porque -como diría Rosa Montero- la gente está cogiendo últimamente la mala costumbre de morirse, y más en Latinoamérica, donde se nos han muerto casi seguidos Benedetti, Mercedes Sosa y ahora Ariel Ramírez, también autor de obras tan sublimes como la Misa criolla, La Cantata Sudamericana y magníficas piezas para piano. Y esa mala costumbre empieza a molestar, porque muchos de nuestros símbolos ya empiezan a ser pasto de historiadores. Qué lástima.