Dice el refranero popular que «Si por La Candelaria llueve, el invierno ahora nos viene; y si por La Candelaria no llovió, el invierno se acabó». Pues eso, que, según la tradición todavía queda mucho invierno, que ya no sé si es buena o mala noticia, porque aquí cuando llueve se arma siempre un buen follón, porque se unen la falta de costumbre, los disparates urbanísticos y el estado de las infraestructuras.Y es que La Candelaria ha dado este año agua hasta decir basta.
Hoy tocaba hablar de mi libro LA MITAD DE UN CREDO, que iba a presentarse hoy en el Instituto de La Isleta, pero el temporal ha determinado la suspensión de dicho acto, y aprovecho este espacio para que lo sepan quienes tuvieran intención de acudir y aún no se hayan enterado. Ya les informaré de la nueva fecha, y mientras seguiremos alegres y temerosos por el agua que nos está cayendo, porque nunca sabemos cúanto daño puede hacer una borrasca (más bien tiene pinta de tormenta tropical) que es por otra parte necesaria para nuestra supervivencia. En todo caso, siempre es bonito ver los barrancos como ríos y los riscos como destiladeras. Y que no pase nada.
pues sí que está guapa la foto! felicidades al fotógrafo!