-Hombre, José Luis, ¿qué pasó?
-Pues no sé, Barak, vengo a que me lo cuentes.
-Eso, luego, ahora sonríe, que nos están haciendo fotos, supongo que no tienes inconveniente.
-No, ninguno, al revés, llevo seis años esperando esta foto.
-Claro, lo entiendo; además, hoy no vienen tus niñas.
-Barak, por favor, no hables de mis niñas, que luego van a decir que las utilizo políticamente.
-Ya, ya me han contado lo que ha pasado con Andreíta. Me han dicho que su madre es muy popular en España.
-No lo sabes bien, incluso a veces la abuchean más que a mí. Es intolerable. Sobre eso quería que me echaras una mano. Tú tiene la CIA, el FBI, las agencias secretas que salen en las películas y en última instancia los marines.
-¿Y qué puedo hacer yo?
-Hombre, podrías ordenar un ataque preventivo al barrio de San Blas. Ya sabes que yo te apoyo en lo de Afganistán.
(No es un fallo de la fotografía, es que me han dicho que la conversación fue abstracta)
-No sé qué decirte, ahora soy Premio Nobel de la Paz, y eso no estaría bien visto.
-¡Vaya, se me olvidaba! ¡Enhorabuena! Eres un tío cojonudo, te dan un premio no por lo que has hecho sino porque lo que se supone que vas a hacer, como a Fernando Alonso.
-Pues fíjate, que aquí hay gente a las que no les ha parecido bien que yo lo haya aceptado.
-No hagas caso, eso es envidia. Y para que veas que yo te valoro, como sé que hablas un poco de español y que tienes inventiva para hacer creíble cualquier cosa que cuentes, el año que viene te daremos en España el Premio Cervantes de Literatura. Ya escribirás el libro más adelante.
-Ah, pues mira, no estaría mal. ¿Y cuánta pasta es ese premio?
-Unos cien mil dólares al cambio.
-No sé si por esa cantidad merece la pena, los de Noruega al menos pagan un millón.
-Coño, Barak, es que ello tienen petróleo en el Mar del Norte, y tienen el fondo de la Fundación Nobel.
-¿Y en tu país no hay gente que administre los derechos de un invento?
-Claro que sí, pero están casi todos en la cárcel o imputados.
-Pues nada, José Luis, hasta dentro de seis años, si aguantas, aunque a lo mejor nos vemos por ahí un mes de estos, en la OTAN, en el G-20…
-El G-20 ni lo nombres, que Risto Mejide me trae frito.
-Hasta luego, amigo.
-¿Ya terminó la entrevista? ¿Y los asuntos que íbamos a tratar?
-¿Qué asuntos?
-Pues la crisis económica, Oriente Medio, Irán, Afganistán, Latinoamérica…
-Coño, José luis, parece mentira que no sepas que esos son asuntos muy delicados que no pueden hablarse con cualquiera. ¡Adeu!
-Joder, Barak, eres tan grande que hasta te despides en catalán. ¿Eres del Barça? Ya sabía yo que algo teníamos en común.
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