Caritas in Veritate
Quienes me hayan leído habrán comprobado que suelo ser muy crítico con la Iglesia Católica, porque entiendo que tiene una gran influencia sobre millones de personas y no pocos poderes. Por ello apelo continuamente a la responsabilidad de sus dirigentes, y en contra de lo que algunos puedan pensar, no me mueve ningún sentimiento anticlerical, pues por otra parte respeto profundamente las creencias de cada persona.
Y si soy coherente, también tengo que aplaudir cuando entiendo que ese poder que sin duda tiene La Iglesia se ejerce con responsabilidad de la que hablo. No soy un estúpido y por ello sé también que a la jerarquía eclesiástica le importa un comino lo que yo diga, pero, como ya he señalado, a mí sí que me importan sus mensajes.
En Papa Benedicto XVI acaba de publicar la encíclica Caritas in Veritate (Caridad en la Verdad). No he tenido ocasión de leer el documento en su totalidad, pero por lo que se desprende de los resúmenes publicados en los medios, el Pontífice ha puesto el dedo en la llaga, y ha establecido un discurso solidario, crítico con los que abusan de sus poderes económicos, un discurso que clama por la lucha contra la pobreza y señala con el dedo a los traficantes de ilusiones y finalmente de vidas. Apuesta por una ONU con verdadero poder para reolver conflictos, y no la pantomima que es ahora. Y lo ha hecho coincidiendo con la reunión en Italia de los dirigentes del G-8. Más oportuno y claro no ha podido ser y por ello esta encíclica, que es un documento siempre importante en la trayectoria de un papado, merece ser leída, divulgada y aplicada.
Lo siguiente creo que debiera ser una proyección en la Capilla Sixtina de la película Las sandalias del Pescador, y a ver si empezamos a aplicar la teoría.