Leo en un despacho de agencia que la UE apoya una propuesta para que la Asamblea General de la ONU apruebe la despenalización de la homoxesualidad en todo el planeta. La relevancia de esta noticia, cuyo contenido puede parecernos obvio, es que precisamente porque en nuestro ámbito ser gay ya no es un delito (lo fue hasta no hace mucho), tenemos que pensar en las sociedades donde serlo es un baldón que se paga incluso con la muerte.
Por lo tanto, es evidente que estoy totalmente a favor de que esta propuesta salga adelante, aunque sé que la intolerancia seguirá haciendo estragos en lugares donde las costumbres, las religiones y la ignorancia siguen campando a sus anchas y trazando normas que se pretenden morales pero que en el fondo son inhumanas.
Y abundando en el tema, resulta curioso que se arme esta propuesta mientras no tengo noticia de que haya movimientos institucionales mundiales encaminados a despenalizar el adulterio femenino, del que sabemos de año en año cuando algún caso salta a los medios, pero no salen en las noticias las lapidaciones que tienen lugar diariamente en aldeas recónditas que ni siquiera están en el mapa, con tanto GPS y tanta leche. Y si hablamos de ablaciones de clítoris, asesinatos de mujeres por la propia familia (los llaman de honor, qué ironía), crímenes «autorizados» por asuntos de dotes…
Y el problema es que un zapato casi le da a Bush. Hay que joderse.
***
ADVERTENCIA: Este enlace lleva a una lapidación real. Hay que ponerlo porque es una denuncia, pero les aseguro que yo sólo aguanté hasta la mitad. Es tremendo.
2 opiniones en “Donde vivir es delito”
Deja un comentario
El contenido de los comentarios a los blogs también es responsabilidad de la persona que los envía. Por todo ello, no podemos garantizar de ninguna manera la exactitud o verosimilitud de los mensajes enviados.
En los comentarios a los blogs no se permite el envío de mensajes de contenido sexista, racista, o que impliquen cualquier otro tipo de discriminación. Tampoco se permitirán mensajes difamatorios, ofensivos, ya sea en palabra o forma, que afecten a la vida privada de otras personas, que supongan amenazas, o cuyos contenidos impliquen la violación de cualquier ley española. Esto incluye los mensajes con contenidos protegidos por derechos de autor, a no ser que la persona que envía el mensaje sea la propietaria de dichos derechos.
¡Redios! Mi hija de 4º ESO lo ha visto. No le ha sentado mal como documental, sino como práctica bárbara que se hace a partir de algunas religiones. Quiere ser sicóloga, le ha venido bien.
Y para la próxima nos pones una de los pastores de Belén, hombre. Eso lo digo yo.
Saludos.
Lo de poner en el vídeo a Wagner es intolerable.