He visto que todo el que tiene un blog se autopromociona, y entonces he decidido hacer lo mismo, porque, claro, si no se habla del bloguero alguna vez esto acabará por no ser un blog. Y como los asuntillos culturales no andan muy publicitados en esta tierra (salvo que consideren tal cosa a cualquier cantante pachanguero que aparezca por aquí), me veo en la obligación de comunicarles otra vez que anda por las librerías mi último libro, Tríptico de fuego, tres novelas en una, toda una ganga, ¿hay quién dé mas? Y al decir de un amigo mío de la mili, las tres novelitas están bien.
A estas alturas ya debiera estar colorado por hacer lo que otros hacen sin sonrojarse, pero como resulta que mis dos abuelas han pasado a mejor vida (la verdad es que en esta no se está mal, no vayan a confundirse), tengo que rematar la faena y decirles que también hay otros libros míos que ustedes pueden regalar en estas fiestas, como El rey perdido, Hotel Madrid, Crónicas del salitre e incluso uno sobre el ataque de Nelson a Tenerife que sale la semana que viene. Y están bonitos esos libros, oiga, con sus cubiertitas coloreadas, bien paginaditos y entretenidos como el demonio. Y tengo más por ahí, pero es que ya he sobrepasado el cupo de bloguero caradura que tenía para hoy.
El contenido de los comentarios a los blogs también es responsabilidad de la persona que los envía. Por todo ello, no podemos garantizar de ninguna manera la exactitud o verosimilitud de los mensajes enviados.
En los comentarios a los blogs no se permite el envío de mensajes de contenido sexista, racista, o que impliquen cualquier otro tipo de discriminación. Tampoco se permitirán mensajes difamatorios, ofensivos, ya sea en palabra o forma, que afecten a la vida privada de otras personas, que supongan amenazas, o cuyos contenidos impliquen la violación de cualquier ley española. Esto incluye los mensajes con contenidos protegidos por derechos de autor, a no ser que la persona que envía el mensaje sea la propietaria de dichos derechos.