Publicado el

La paz del camino

Esta figura se recoge en la Edad Media aunque hay datos históricos que permiten afirmar que era una práctica anterior aún a esta época.
senderismo chen.jpg
En la misma, se considera un verdadero derecho del camino ya que, «el camino es, como la ciudad, como el mercado, un centro de vida jurídica» que necesita ser especialmente protegido.
En el siglo XVIII se construyen y conservan gran cantidad de caminos, además, se inicia una tarea de organización y ordenación.
La Ley de Travesías y la Ley de Caminos Vecinales de 1849 se consideran como una de las primeras leyes formales en materia de caminos.

Continuar leyendo «La paz del camino»

Publicado el

Caminos reales

El término camino real, en alguna ocasión oigo «camino rial», es en la actualidad aplicado genéricamente a los caminos tradicionales.amurga3.jpg
Debe limitarse, exclusivamente, a aquellos caminos de propiedad real que unían lo grandes núcleos de población.
Su origen se remonta al reinado de los Reyes Católicos, momento en el cual el hecho de que el centro de la monarquía no se encontrara nunca en una capital fija, sino en las propias personas de los reyes, es un dato fundamental.
Los reyes procuraban administrar justicia de forma directa, y la pacificación en el interior la lograron a fuerza de multiplicar su presencia a lo largo y ancho de todo el territorio. Prácticamente no hubo localidad peninsular, ni grande ni pequeña, que no visitaran, o por la que al menos no pasara una comitiva. Esa ubicuidad real fue la clave de la creación de un ágil sistema de comunicaciones, de una red de caminos reales.
A las islas nunca llegaron los reyes, pero sí sus representantes directos, y el proceso de creación de vías de comunicación «reales» se dio de igual forma, uniendo en el caso de Gran Canaria aquellos núcleos poblacionales de mayor importancia tras la Conquista. Los «caminos reales» gran canarios eran los que enlazaban Las Palmas con Gáldar, al Noroeste, y con Telde, al Este. En la actualidad se encuentran prácticamente desaparecidos, a excepción de pequeños tramos, que poseen un gran valor histórico y cultural.