El otro día participé en la inauguración de la exposición “retratos de realidad” de la artista teldense Lara Collado.
La joven promesa expone en el Teatro Municipal hasta el día 27 de julio. Entre sus fotografías, tres reservadas a la temática medioambiental.
Me llamó la atención un cuadro que ha titulado “somos lo que comemos” donde denuncia varias cuestiones a tener en cuenta de nuestro modelo de consumo, de nuestras relaciones con la naturaleza y, en general, una visión crítica medioambiental.
Lara logró un primer y segundo premio en los “Muse Photography Awards”, un certamen de fotografía celebrado en Estados Unidos, por lo que recomiendo seguir muy cerca a esta joven y, por supuesto, si tiene tiempo, visitar la exposición completamente.
Somos lo que comemos
Ha sido el titulo hasta de un programa televisivo. La verdad que son de esas frases ingeniosas que, en dos o tres palabras resumen una forma de entender nuestra alimentación y su impacto en la naturaleza. La crisis como la enfermedad de las vacas locas o la gripe de los pollos y la polémica sobre los alimentos transgénicos, provocó una alarma en la población. Ahora aparece también el debate de los microplásticos y cómo llegan a los océanos. Toda una revolución que cuestiona nuestro modelo de vida y de consumo.
Sin embargo, la frase ingeniosa se la debemos al filósofo y antropólogo Ludwig Feuerbach (1804-1872) que entre sus obras nos dejó una bajo el título: «Los humanos somos lo que comemos».
Sus trabajos de investigación pivotaban sobre la constatación de que el tipo de alimentación influye en las neuronas y en nuestras capacidades cognitivas. Por el contrario, la falta persistente de alimentos favorece que el volumen de la sustancia gris del cerebro se reduzca y que se originen déficits intelectuales.
Directo a tus hormonas
Más tarde la organización Ecologistas en Acción también publicó numerosos artículos, trabajos e informes como el llamado “Directo a tus hormonas. Guía de alimentos disruptores”, en el que se puso de manifiesto que la población española está expuesta a un elevado número de plaguicidas a través de su alimentación.
El estudio se medía la presencia de pesticidas y pesticidas disruptivos endocrinos encontrados en productos alimentarios comercializados en España encontró un 34% de muestras analizadas con residuos de plaguicidas, con un aumento hasta el 41,69% en el caso de frutas y verduras.
En los datos correspondientes a 2017 publicados por Eurostat, nuestro país se reveló como el principal consumidor de pesticidas de Europa, con la comercialización de 71.987 toneladas de pesticidas. Aunque los residuos de pesticidas se concentran principalmente en frutas y verduras numerosos investigadores de todo el mundo han encontrado que algunos pesticidas persistentes se concentran en la leche y en la carne de los animales de granja a los que llegan a través de la alimentación con productos contaminados.
Un tema controvertido y siempre de actualidad: nuestra alimentación y cómo influye nuestro modelo de consumo y hábitos de vida en la naturaleza.
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