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Verano en el Cáucaso

Parece un designio que los meses de agosto ocurra algo que desestabilice el precario equilibrio en lo que antaño fue la Unión Soviética.
ossetia[1].jpgTodos recordamos el golpe de estado que provechó la estancia de Gorbachov en la costa del Mar Negro de vacaciones, y a Yeltsin subido a un carro de combate haciendo alardes de adalid de la democracia. Ahora es Georgia, en pleno Cáucaso, una zona llena de petróleo y oleoductos, en donde meten baza el Kremlin y la Casa Blanca. Es el oro negro, mientras georgianos y osetios se mueren de hambre. Es como si Chéjov nos devolviera cada verano ese Mar Negro aparentemente quieto, pero incubando tormentas terribles.
Nadie se cree que Georgia atacase la región de Osetia del Sur sin el beneplácito de Washington, y encima la UE hace de convidado de piedra y va Sarkozy y se presenta como el supermán de la paz. Chéjov era un aprendiz de autor al lado de tanto teatrero profesional que pasa por encima de miles de cadáveres de gentes que ni siquiera saben de qué va esto.

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Muerte nuclear

El seis de agosto de 1945 fue lanzada sobre la ciudad japonesa de Hiroshima la primera bomba atómica contra seres humanos.
Hiroshima.jpgEl 9 de agosto, tres días después, lanzaron una segunda bomba sobre la ciudad de Nagasaki. Lo que aquello significó en la historia de la Humanida ha sido más que debatido, pero hoy, 63 años después, conviene recordarlo. Está claro que no hemos aprendido nada de nuestros errores, y el hombre sigue preparándose para destruir al hombre, porque por este camino volaremos todos en pedazos.
Y como siempre digo, siempre conviene no olvidar a los responsables de tanta desgracia: a Harry Truman, el Presidente norteamericano que dio la orden y a Paul Tibetts, el piloto que pretó el botón de la destrucción masiva. La memoria es una obligación de la Humanidad.

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Palestina

palestina1.jpgNo puedo entender cómo el pueblo israelí trata a los Palestinos de la misma manera que fueron tratados ellos en el Gheto de Varsovia por los Nazis.
Va ser verdad que los maltratados se convierten en maltratadores en potencia, y en este caso en acto, porque lo que viene sucediendo desde hace décadas con los Palestinos sólo es entendible desde el más recalcitrante sionismo apoyado por Estados Unidos y con Europa haciendo de convidado de piedra.
El enfrentamiento que ya es claro entre Occidente y el Islam proviene de ese punto de Oriente Medio, y amenaza con hacer volar este planeta. Que nadie piense que es cosa sólo de Bush, ha pasado con cualquier administración norteamericana, y pasará con Obama, y él mismo ha pasado por caja en Israel. Es como si el mundo estuviese controlado (más bien descontrolado) por un lobby judío, que ni siquiera representa los sentimientos de la mayor parte de los israelíes.