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Más preguntas sobre la crisis

Mucho se ha hablado de la crisis y mucho más que se hablará, pero los problemas de fondo no se atacan, y cuando se habla de medidas siempre pagan los de abajo: abaratar los despidos, contener los salarios, no cotizar a la seguridad social y otras lindezas por el estilo, pero nunca se dice que hay que contener los beneficios, consolidar el empleo y cosas así.
tibu.jpgPor lo visto se trata de que les vaya bien en cualquier circunstancia a los grandes tiburones del capitalismo. Siempre se habla de bancos, finanzas y mercado, y los ultraliberales -que retozan a sus anchas en tiempos de bonanza- se arriman al Estado cuando pintan bastos. No hay dinero para socorrer a un anciano y se habilitan miles de millones para salvar un banco. Si esto no es capitalismo
Las medidas que se han implantado en los últimos días van en ese sentido, y cuando se refloten los grandes trasatlánticos volverán a decir que hay que reducir el Estado y a airear multimillonarios beneficios anuales. Y hay varias preguntas que me asaltan: ¿ Por qué no están en la cárcel por estafa quienes armaron el lío de las hipotecas-basura, previa devolución del dinero que no ha desaparecido, sino que ha cambiado de sitio? ¿Por qué se ponen a circular miles de millones de dinero público para salvar un sistema corrupto?
Y así muchas preguntas, y si pienso en Canarias me pregunto qué ha sido de los billones de pesetas paralizados en la RIC, que estaban pensados para generar riqueza colectiva y empleo. No debemos olvidar que ese dinero son impuestos no pagados y por lo tanto dinero de todos. Ahora hace falta, aunque sólo sea para pagar el seguro de desempleo.

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El capitalismo

Es evidente que el sistema capitalista es el que impera en todo el mundo, salvo en paises como China, Cuba o Vietnam, donde los medios de producción no son de propiedad privada. El dinero, siempre el dinero.
peseta.jpgNo voy a hacer un ataque al capitalismo porque tampoco tengo demasiados argumentos a favor de los sistemas emanados de los regímenes comunistas, al menos hasta hoy, porque ninguno ha conseguido ese ideal que se perseguía en el Manifiesto Comunista de 1848. Pero es evidente que cuando el capitalismo se adjetiva como liberalismo económico o imperialismo, avanza por una senda que, además de injusta por razones obvias, es suicida para el propio capitalismo, que en su afán de acumularlo todo puede llegar a bloquear el sistema, que es el gran peligro de la actual crisis económica.
Sobre todo después de la II Guerra Mundial, el capitalismo descansa en el mercado y este en el consumo. Cuando criticamos el consumo a menudo no nos damos cuenta de que esa es la fuerza motriz de la noria. Lo más terrible es que el propio capitalismo ha ido labrando su ahogamiento con tanta voracidad. A ver qué hacen ahora, ¿llamar de Keynes como hizo el Presidente Herbert Hoover en la Gran Depresión? Keynes no está, pero entonces, como ahora, la paradoja es que finalmente el capitalismo corre a cobijarse en el intervencionismo de los estados. Como dicen en mi pueblo, agárrense que vienen curvas.

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Memoria

Dicen que no moriremos del todo mientras haya alguien que nos recuerde. Esto, por supuesto, no es ningún consuelo, porque, a la larga, todos seremos olvidados, porque no creo que nadie recuerde a un tatarabuelo suyo que murió mucho antes de que él naciera.
bandera.jpgPero sí hay que recordar a los muertos sociales, aquellos que fueron víctimas del odio, los que fueron eliminados por pensar distinto o simplemente aprovechando la situación para cerrar una venganza personal. Yo no sé si la Ley de Memoria Histórica tiene errores jurídicos, pero lo que está claro para mí es que había que hacer algo para rescatar nuestra memoria como sociedad, porque ya saben aquello de que los pueblos que no conocen su historia están condenados a repetirla.
Tampoco sé si la entrada del Juez Garzón en este asunto es técnicamente correcta o no. Eso es lo de menos, porque quienes arman ruido con estos argumentos lo que tratan es de desviar la atención del hecho central. Algunos usan la ley en su beneficio, pero cuando no les gusta se rasgan las vestiduras. Es tan simple como buscar a nuestros muertos y enterrarlos dignamente. Nada más, y eso es lo justo.