Bolivia y Venezuela
Dice un personaje de cierta novela que las revoluciones las piensan los intelectuales, las empuja la necesidad y las hacen los indeseables. Por eso caen tanta cabezas en las guillotinas y Lenin decía que la revolución no avanzaba porque los pelotones de ejecución eran muy lentos. Yo no sé cuál es la solución, porque tampoco es de recibo que la riqueza esté en manos de unos pocos mientras el pueblo se muere enterrado en todo tipo de miserias, se le idiotiza con los medios audiovisuales que pudren las mentes y los países ricos aplauden desde su supuesta democracia. El mundo está en manos de hipócritas, interesados y visionarios.
Lo que está pasando en Bolivia y el clima tenso que se vive en Venezuela nos deben hacer reflexionar sobre América Latina, porque finalmente no estamos tan lejos como pensamos. Y no lo digo por la retórica hispanista sobre la cercanía de Canarias con el nuevo continente, sino por el clima social que se puede generar en el futuro. Si El Caribe hasta nos envía una tromenta tropical Delta, debemos estar avisados.
No es que tenga el día pesimista, es que hoy me ha dado por leer los periódicos.