Obama gana en votos
La semana pasada fue Colin Powell el que se pasó al bando de Obama, ahora es Scott McClellan, mañana puede ser el mismísimo hermano de Bush, el gobernador de Florida, mirando de lejo su posible asalto a la Casa Blanca, para perpetuar el apellido que ya lleva dos generaciones presidenciales.
Con la crisis económica, la desatrosa campaña desarrollada por McCain y las encuestas que dan como ganador a Obama, ya los medios más influyentes y los personajes que incluso tocaron balón en la época de Bush se decantan por lo que ellos llaman el cambio. Eso demuestra el escaso espacio ideológico que hay entre demócratas y republicanos. Powell incluso ha dejado entrever que si el Presidente lo llama (en caso de que sea Obama), él tendrá que considerarlo; es decir, pudiera estar cerca del despacho oval, tocando poder. Y McClellan lo mismo.
Desde las elecciones de Reagan no había estado tan claro un favorito a diez días de las elecciones. Pero no hay que confiarse, porque el racismo pesa mucho en Estados Unidos (hay quien dice que hasta un 6%), y que quienes hoy declaran que votarán a Obama le negarán su voto a la hora de la verdad. Tiene once puntos de ventaja, lo que quiere decir que le sobran cuatro, pero existe el problema de las circunscrpciones, puesto que el que gana aunque sea por un voto se lleva todos los representantes. Y ocurre que Obama arrasa en muchos estados, pero en otros anda por detrás o en empate técnico. Eso quiere decir que Obama conseguirá más votos eso seguro, pero dependiendo de cómo se distribuyan puede ganar por paliza o… incluso perder. Está claro que las elecciones americanas las carga el diablo.