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Política exterior

breda.jpgAznar ha perdido la enésima oportunidad para callarse acusando a Zapatero de hacer mala política exterior. Que Moratinos y su jefe no lo han hecho bien es evidente, pero precisamente Aznar no es el más indicado para hacer esa acusación, después de los desplantes que hizo a dirigentes de la UE o embarcándose en la guerra de Irak. Yo creo que Aznar se equivocó cuando envió tropas a Irak y Zapatero también erró en la forma de retirarlas.
Pero eso no es nuevo. España siempre se ha distinguido por hacer una política exterior nefasta. Nunca se nos ha dado bien la diplomacia. Por poner sólo algunos ejemplos, Felipe II se las ingenió para tener enfrentamientos con Francia y con Inglaterra (casi nada), Felipe V sostuvo una guerra imposible con los británicos y eso nos costó Gibraltar (Menorca se recuperó después), Carlos IV y Godoy erraron al aliarse con Napoleón y Franco se equivocó de bando, lo que nos dejó muchos años fuera de lo que él llamaba el concierto de las naciones. Por no hablar del «¿Por qué no te callas?»
Para gallitos los españoles. Como dijo Jordi Pujol hace unos días, lo que no se puede hacer es llamar despectivamente gabachos a los franceses y luego ir a pedirle al entonces Presidente Chirac apoyo para no sé qué asunto en la UE. Y eso lo hizo Aznar. Así que yo creo que la política exterior española debería contratarse a una empresa de imagen, o dejar que la haga directamente mi tocayo Botín, que ese sí que sabe tenérselas por ahí fuera. Pero como somos así, llegado el caso, le harían el encargo a Luis Aragonés o a Fernando Alonso, siempre haciendo amigos.
(No se extrañen de que, en el caballo de la derecha del cuadro, Velázquez quisiera representar a la diplomacia española, dando el c… la espalda a la historia)

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Obama gana en votos

casab.jpgLa semana pasada fue Colin Powell el que se pasó al bando de Obama, ahora es Scott McClellan, mañana puede ser el mismísimo hermano de Bush, el gobernador de Florida, mirando de lejo su posible asalto a la Casa Blanca, para perpetuar el apellido que ya lleva dos generaciones presidenciales.
Con la crisis económica, la desatrosa campaña desarrollada por McCain y las encuestas que dan como ganador a Obama, ya los medios más influyentes y los personajes que incluso tocaron balón en la época de Bush se decantan por lo que ellos llaman el cambio. Eso demuestra el escaso espacio ideológico que hay entre demócratas y republicanos. Powell incluso ha dejado entrever que si el Presidente lo llama (en caso de que sea Obama), él tendrá que considerarlo; es decir, pudiera estar cerca del despacho oval, tocando poder. Y McClellan lo mismo.
Desde las elecciones de Reagan no había estado tan claro un favorito a diez días de las elecciones. Pero no hay que confiarse, porque el racismo pesa mucho en Estados Unidos (hay quien dice que hasta un 6%), y que quienes hoy declaran que votarán a Obama le negarán su voto a la hora de la verdad. Tiene once puntos de ventaja, lo que quiere decir que le sobran cuatro, pero existe el problema de las circunscrpciones, puesto que el que gana aunque sea por un voto se lleva todos los representantes. Y ocurre que Obama arrasa en muchos estados, pero en otros anda por detrás o en empate técnico. Eso quiere decir que Obama conseguirá más votos eso seguro, pero dependiendo de cómo se distribuyan puede ganar por paliza o… incluso perder. Está claro que las elecciones americanas las carga el diablo.

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90 años después

Hace hoy 90 años que acabó la que ahora conocemos como I Guerra Mundial (1914-18), que entonces fue llamada Guerra Europea (transcurrió en Europa aunque intervino Estados Unidos) y también Gran Guerra. Terminó con una herida cerrada en falso porque se firmaron varios tratados de paz, cada vencedor y cada vencido por su lado, como en una especie de liga inacabable que puso las bases para una nueva guerra dos décadas después.
me.jpgLa importancia de esta guerra es que cambió un mundo que ya parecía inamovible. Prusia se partió en dos por el corredor polaco, semilla de una nueva contienda. Desapareció el Imperio Austro-Húngaro, uno de los más poderosos de Europa. Turquía era expulsada de Europa y sólo se le dejó la actual Istambul y alrededores. Crecieron Checoeslovaquia, Rumanía y Yogoeslavia, lo que implicó el empequeñecimiento de Hungría y la desaparición de lo que había sido la Gran Serbia.
Paralelamente, en Rusia cayó el zarismo y se instauró el Imperio Soviético. Y así, más o menos se ha mantenido el mundo hasta ahora, aun con la II Guerra Mundial y la Guerra Fría de por medio, pero de repente, cuando cayó el primer ladrillo del Muro de Berlín empezó a cambiar todo. Estamos en otra encrucijada de la Historia, tratando de hacer una Europa sin fronteras (hoy una utopía) y el mundo que hagamos hoy durará al menos hasta que acabe el siglo. Siempre fue así, y a lo mejor algún día aprendemos la lección.