Política exterior
Aznar ha perdido la enésima oportunidad para callarse acusando a Zapatero de hacer mala política exterior. Que Moratinos y su jefe no lo han hecho bien es evidente, pero precisamente Aznar no es el más indicado para hacer esa acusación, después de los desplantes que hizo a dirigentes de la UE o embarcándose en la guerra de Irak. Yo creo que Aznar se equivocó cuando envió tropas a Irak y Zapatero también erró en la forma de retirarlas.
Pero eso no es nuevo. España siempre se ha distinguido por hacer una política exterior nefasta. Nunca se nos ha dado bien la diplomacia. Por poner sólo algunos ejemplos, Felipe II se las ingenió para tener enfrentamientos con Francia y con Inglaterra (casi nada), Felipe V sostuvo una guerra imposible con los británicos y eso nos costó Gibraltar (Menorca se recuperó después), Carlos IV y Godoy erraron al aliarse con Napoleón y Franco se equivocó de bando, lo que nos dejó muchos años fuera de lo que él llamaba el concierto de las naciones. Por no hablar del «¿Por qué no te callas?»
Para gallitos los españoles. Como dijo Jordi Pujol hace unos días, lo que no se puede hacer es llamar despectivamente gabachos a los franceses y luego ir a pedirle al entonces Presidente Chirac apoyo para no sé qué asunto en la UE. Y eso lo hizo Aznar. Así que yo creo que la política exterior española debería contratarse a una empresa de imagen, o dejar que la haga directamente mi tocayo Botín, que ese sí que sabe tenérselas por ahí fuera. Pero como somos así, llegado el caso, le harían el encargo a Luis Aragonés o a Fernando Alonso, siempre haciendo amigos.
(No se extrañen de que, en el caballo de la derecha del cuadro, Velázquez quisiera representar a la diplomacia española, dando el c… la espalda a la historia)