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La legitimidad del poder

foto-oficial-nicolas-sakozy[1].jpgPor si había alguna duda sobre la calaña de Sarkozy, él mismo se ha retratado en los periódicos, haciendo manifestaciones que lo delatan como un perseguidor del poder a toda costa, sin más consideraciones colectivas que el número de votos que cada candidato obtenga.
Dice que lo importante es ser elegido en las urnas, y por esa regla de tres quedan justificados los desmanes de Georges Bush, de Silvio Berlusconi, de Hugo Chávez o los suyos, que no son pocos. Las urnas por lo visto lo legitiman todo, y de poco valen los Parlamentos y las labores fiscalizadoras de la oposición. Siguiendo su discurso, cuando le damos el poder a alguien lo convertimos en la práctica en un dictador con fecha de caducidad a los cuatro años. Algo malo debe tener la excesiva permanencia en el poder cuando algunos países la limitan a dos mandatos (otros incluso a uno), y hay dirigentes que quieren cambiarlo para eternizarse.
Y es tremendo que los políticos piensen así, porque Sarkozy no es el único. Hace unos días, en el programa de TVE «59 segundos», Chaves se arrogaba todas las legitimidades habidas y por haber por el hecho de haber sido elegido seis veces consecutivas para presidir Andalucía. Es legítimo que se llegue al poder, pero no lo es todo lo que se hace desde él. Pero eso es predicar en el desierto.

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El mismo perro con distinto collar

No entiendo por qué se pide tanto que cambien a unos ministros cuando los que vienen detrás son más de lo mismo. Y en el caso de los cambios que ha hecho Zapatero ya no sé ni cómo calificarlos, porque si la gran novedad es traerse a Chaves de Andalucía, apaga y vámonos. Lo de Angeles González-Sinde es que me niego siquiera a comentarlo. Secillamente sobrecogedor.
gggg.jpgNada tengo contra Zapatero. Al contrario, es un tipo que me cae bien, pero es que no entiendo por qué, en una situación tan problemática como la actual, se empeña en mirar dentro de su partido. En estos momentos yo esperaba que se abriese a la sociedad y diese un giro con gente valiosa. Lo ha hecho con Gabilondo, que ha demostrado su valía, pero los demás…
Tal y como están las cosas, habría que cambiar a más ministros, y sobre todo poner sobre la mesa un proyecto que buscase el consenso de las otras fuerzas políticas y de los agentes sociales. Nada de nada, Zapatero se piensa el cambio entre una foto con Obama y un viaje a Istanbul. Tampoco es que el PP ayude mucho, o que algunos dirigentes de ERC digan que la solución a la crisis es la financiación de Cataluña. Es que se oyen unas cosas…

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Otro abril en el que rugió La Tierra

Abril es de negra memoria para los italianos, especialmente para los que habitan la zona central de la península, que coincide con el lugar donde se unen -y por lo tanto chocan- las placas euroasiática y africana. Si trazamos una línea recta de norte a sur, desde Ancona, en la costa del Adriático, y Catania, en la isla de Sicilia, veremos que coincide con una falla subterránea que es la que da lugar a que es esta sea una zona de gran actividad geológica, donde los terremotos son frecuentes y los volcanes especialmente agresivos.
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En esa línea encontramos la ciudad de L’Aquila, que ayer fue arrasada por un terremoto, y luego El Vesubio, en la bahía de Nápoles, más abajo Strómboli y ya en Sicilia el Etna. Es la región sísmica y vulcanológica más poblada de La tierra, y por ello siempre hay muchas víctimas.
Decía al principio que abril es de triste memoria porque fue el día 7 de ese mes, en 1906, cuando tuvo lugar la última gran erupción dañina del Vesubio, que destruyó buena parte de Nápoles y mató a más de 100 personas. Fue una de tantas erupciones, pues raro es el siglo en el que el Vesubio no haya tenido media docena. Ahora lleva en silencio desde 1944, no así el Etna, que es casi constante y Strómboli, cuya última gran erupción fue en 1980 (hubo otra pequeña en 2007).
L’Aquila ha sido también azotada por la furia de La Tierra en muchas ocasiones, y los italianos volverán a levantarse y a construir sus vidas sobre los escombros de los terremotos o sobre las lavas de los volcanes, como han hecho siempre en esta zona. Se diría que aceptan su destino.