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Y tú más

Cuando el vendaval Gürtel azota los distintos niveles de la estructura del PP, sale una de sus dirigentes y pide una investigación por las adjudicaciones que a esta empresa tabú se hicieron desde el Gobierno del PSOE. Independientemente de si hay o no corrupción, la idea es que «yo estoy pringado pero tú también». Ya hemos visto que el PP siempre se defiende atacando, pero eso no tranquiliza, porque lo que queda es la duda que se ha sembrado. Hace décadas que andamos dándole vueltas a las irregularidades en la financiación a135.JPG de los partidos políticos, pero nadie le ha puesto el cascabel al gato: transparentar las reglas, y diferenciar claramente qué dinero va a los partidos y cuánto se queda en mano particulares. Esto, además, es descorazonador para la gente que confía en los políticos, porque lo que mina la democracia no es que este o aquel sean culpables (juzgado y fuera), sino que se cierna sobre todos la duda.
Y mientras estamos hasta el cuello en una de las crisis económicas más duras que se recuerdan, y ante la cual habría que juntar energías para buscar la luz al final del túnel, estas se pierden no sólo en el diario «Y tú más» de unos y de otros, sino en las luchas intestinas de los propios partidos, como vemos en el PSOE Canario o en el PP de Madrid, que son las que más nos llegan por sus ecos, pero que son exponente de lo que se cuece en el resto del territorio. Y, claro, en este caldo de cultivo, los catastrofistas se ponen las botas, porque yo no tengo memoria de que haya habido en nuestra historia reciente una clase política más desprestigiada. Esto empieza a parecerse cada día más a la Italia de la operación Manos Limpias. Claro que lo que vino después -Berlusconi- tampoco tranquiliza.

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Violencia gratuita

Cada vez que veo en los periódicos el nombre de Ciudad Juárez (El Paso después del puente fronterizo con Estados Unidos) tengo el impulso de pasar la página porque me horroriza tanta muerte inútil, tanto ensañamiento, tanta cerrazón. El estremecimiento que nos transmite Roberto Bolaño cuando cuenta estas historias en su novela póstuma 2666, o la perplejidad ante los relatos de Elmer Mendoza, no nos dan ninguna explicación sobre el origen de tanta violencia.
vv83.JPGPero, por desgracia, no es sólo Ciudad Juárez, donde han muerto asesinadas más de 2.000 personas en lo que va de año. Hemos visto en estos días el clima de violencia en las favelas de Río de Janeiro, lo poco que vale la vida en los barrios de Bogotá, Medellín o Los Angeles, y temblamos al ver cómo las distintas mafias son dueñas efectivas de ciudades como Nápoles. Veo a un niño colombiano en televisión que dice que muy pronto disparará en una banda, y en Nueva York estas bandas se nutren de muchachos que aún no se afeitan.
Es una locura, ya la vemos en España. Y en Canarias, donde portar armas blancas es lo normal en ciertos ambientes (incluso ya empieza a haber pistolas). Hace apenas veinte años, cuando aquí se cometía un crimen era un baldón social durante años; ahora es noticia durante unos días, porque antes era cosa muy rara y ahora sucede con demasiada frecuencia. Y si es una gran verdad que nada tiene tanta importancia como para matar, más terrible es que la gente se mate sin saber por qué. Es la inercia violenta de esta sociedad que no sabemos hacia dónde nos conduce.

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Apocalipse now (ahora el apocalipsis)

El inminente estreno de la película 2012 y su avanzadilla publicitaria activan el fuego de los apocalípticos que anuncian el final de los tiempos. Algunas religiones anunciaron el fin del mundo para determinadas fechas, que se han ido superando sin que nada pasara, y ahora la fecha clave es 2012. Siempre trataron de hacer su agosto los charlatanes y agoreros, que buscaban el miedo colectivo para sacar beneficio.
El milenarismo fue acaso la primera gran prueba, pero los números son sólo eso, números, maneras de contar convencionales por mucho esoterismo que queramos echarle. No hay razón alguna para que el 3 sea fabuloso y el 6 maléfico, pero cobran sentido si los enlazamos con lo que suelen simbolizar (Un Dios trinitario y el demonio respectivamente).
a3.JPGEs evidente que estamos castigando al planeta, y que puede haber cambios, pero estos no ocurrirán a toque de trompeta, y también es posible incidir sobre estos cambios si cambiamos nuestra forma de habitar La Tierra. San Malaquías, Nostradamus, La Gran Pirámide o el calendario maya son curiosos entretenimientos, y pueden ser interpretados como el anuncio del fin, pero son sólo eso, interpretaciones. De hecho, los papas de San Malaquías o las cuartetas de Nostradamus cobran sentido a posteriori, porque siempre hay una manera de forzar su significado.
De manera que, hay que vivir el cine como una fantasía. Puede haber grandes catástrofes en el planeta, y de hecho las hay (huracanes, terremotos, sunamis, volcanes…), pero siempre fue así, aunque la mayor catástrofe de este planeta es la voracidad del ser humano, y los agoreros forman parte de los que se aprovechan del miedo. Por eso lo provocan. El apocalipsis es ahora, ya, y no es otra cosa que la maldad interesada de algunos.