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Georges Cloony y los idus de marzo

Acaba de estrenarse en el Festival de Venecia la película con ese título, que está producida, escrita, dirigida e interpretada por Georges Cloony. Decía hace 25 años John Huston en sus memorias» «Solo ha habido tres grandes actores que sean a la vez grandes directores: Charles Chaplin, Orson Welles y Paul Newman. Solo ha habido tres grandes directores que sean a la vez grandes actores: Charles Chaplin, Orson Welles y Paul Newman». george_clooney24[1].jpgCreo que a Huston se le quedó atrás Charles Laughton, magnífico actor que dirigió una sola película, La noche del cazador, y que es una obra maestra. Es verdad que ha habido y hay grandes actores y actrices que han cruzado la línea pero nunca alcanzaron en la dirección la excelencia de sus actuaciones: Jodie Foster, Robert de Niro y un largo etcétera, pues los actores siempre tienen la tentación de dirigir, y en España lo ha hecho hasta Ana Belén. Muchos querrían meter en la lista de Huston a un maestro posterior de la dirección, Clint Eastwod, pero en mi opinión es grande dirigiendo pero no entra en la nómina de grandes actores. Otros, como John Wayne, Kevin Kostner o Mel Gibson no entran en ninguna de las dos listas, también en mi opinión. Capítulo aparte merecerían autores-actores como Woody Allen y hasta Vittorio de Sica, buen actor de comedias italianas y autor de algunas excelente películas como director, pero ninguno de los dos es Chaplin-Welles-Newman como actor. Al revés que Marlon Brando, que es un actor inconmensurable pero que patinó cuando estuvo detrás de las cámaras. Muchos directores han actuado de manera discreta, como Polanski, Truffaut, Sidney Pollak o el propio Huston. Y, la verdad, no sé dónde meter a Laurence Olivier o Kenneth Branagh. En esas lista, yo pondría al español Fernando Fernán Gómez, y al parecer va a haber que apuntar a Georges Cloony, cuyas dotes como actor están más que demostradas y que ya nos dio un excelente aperitivo con la dirección de Buenas noches, buena suerte. Dicen los críticos que esta nueva película, Los idus de marzo, va a marcar el año de cine. Ojalá, porque el chico me cae bien, y no digamos a mis amigas.

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La despedida de los puentes de Madison

Alguien me dijo ayer que el huracán «Irene» había destrozado los ya legendarios y cinematográficos puentes de Madison. No sé de dónde lo sacó, pero lo cierto es que no he podido leer ninguna información contrastada al respecto. Creo que confundió cosas, porque el huracán subió por la costa Este y el condado de Madison está en el Estado de Iowa, casi en el Medio Oeste, a cientos de kilómetros del paso de la tormenta. No parece probable que ayer precisamente cayeran los puentes que nos contaron aquella historia de amor de Clint Eastwood y Meryl Streep, que es la misma que nos contó en 1945 David Lean con Trevord Howard y Celia Johnson en Breve encuentro , y que tuvo su remake en 1974 con Sofía Loren y Richard Burton dirigidos por Alan Bridges (curioso que el director se apellide Puentes en inglés).
zzz000_rosemanbridge[1].jpgEs lo que decía ayer, parece que se está finiquitando la memoria física del siglo XX. Leí no hace mucho que están desapareciendo los puentes techados de madera que vadeaban muchos ríos norteamericanos. Incendios, vandalismo y a veces una nueva autopista los ha ido liquidando. En el condado de Madison había centenares, y hace unos meses solo quedaban 19, y todos con diversos desperfectos. Obama sacó una partida presupuestaria para restaurar los de todo el país, porque forman parte del patrimonio histórico de una época legendaria, pero las restricciones económicas se han llevado por delante el proyecto. Se están cayendo de viejos y no me extrañaría que cualquier tormenta, aunque no sea un huracán, los destruya. A lo mejor quien me lo dijo lo soñó, o es un vidente. Espero que no, y que los hermosos puentes sobre los afluentes pequeños del Soux y del Misouri sigan en pie muchos años. Este maldito siglo XXI está amenazándolo todo, o quizás me lo parezca por haber leído demasiado a Mark Twain y Zane Grey y visto demasiadas películas de pioneros. O, quien sabe si, definitivamente soy un sentimental como Rick, un tipo que tenía un bar en Casablanca.

La foto la encontré en el blog de este enlace.

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New York, New York

Gracias al cine y la televisión, Nueva York se convirtió en el siglo XX en un mito hasta para los norteamericanos. Desde que King-Kong trepó por el Empire State y Henry Fonda, haciendo de Presidente de Estados Unidos en la película Punto límite (1962), la sacrifica bajo una bomba atómica para evitar así un holocausto nuclear generalizado en plena Guerra Fría, la ficción ha hecho de Nueva York centro de todos los desastres cinematográficos posibles. En la pantalla, hemos visto cómo un tsunami arrasa Manhattan, cómo es destruida de distintas maneras, y la han atacado rusos, terroristas, alienígenas, hormigas gigantes y parece ser que el año que viene volverá a ser aterrorizada por el brutal Godzila. Cualquier gran catástrofe de ficción que se cierna sobre el planeta Tierra irá a parar a Nueva York, pues de ello hay referencias hasta en la primera película de El Planeta de los simios. Las tragedias reales pasaban de camino a Nueva York, fuera el Titanic o el Zeppelin, pero la ciudad permanecía incólume.
1314604569798[1].jpgAl doblar la esquina entre los siglos XX y XXI, parece que toda esa fantasía terrorífica que hemos visto en el cine y la televisión se empieza a hacer realidad, cuando todo ello era impensable hace tan solo una década. Nadie podía pensar que Nueva York podría sufrir esas terribles peripecias que le adjudicaban las ficciones cinematográficas. Era la capital del Mundo, la ciudad inexpugnable, el símbolo de la seguridad. De repente, caen La Torres Gemelas como un castillo de naipes, hay terremotos y hasta puede ser víctima de un huracán, cuando casi nunca van mucho más arriba del Golfo de México. Nueva York se muestra vulnerable, y lo que nos mostraba el cine como hipótesis imposible está pasando de verdad. Ya solo falta que los extraterrestres lleguen con sus naves al Central Park. Habrá que llamar entonces a Supermán, pero esta vez en serio.