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Sin educación no hay futuro

DSCN4054.JPGPor muchos planes educativos que hagamos, no hay manera de erradicar el fracaso escolar. Ello es debido a que hay muchas familias destruidas que no pueden o no saben apoyar a sus hijos, y encima el estudio está mal visto, hasta el punto de que los alumnos aplicados temen aprobar porque eso puede crearles problemas a la salida del colegio. El panorama que pinto es aterrador, pero les aseguro que no me invento nada. ¿Qué sucede luego con estas generaciones? Pues que desembocan en la calle y la toman. El que trabaja es un «pringao», y ellos, sin oficio ni beneficio, quieren llevar zapatillas de marca, «pelucos» caros y dinero en el bolsillo para las «birras». Es necesario un gran pacto social no solo para la educación escolar, sino para la mera convivencia, porque este país va camino de convertirse en una selva. Ese gran pacto inaplazable tiene que englobar a instituciones políticas, profesorado, asociaciones de vecinos, de padres de alumnos y hasta las deportivas, y, sobre todo, tienen que estar ahí los medios de comunicación, que son los que pueden hacer de cauce para que empiecen a llegar nuevos mensajes. Esta es otra cuenta que añadir al rosario de consecuencias de la crisis económica y aunque parezca un adorno, les aseguro que la solución comienza por un sistema educativo estable y no sujeto a los avatares políticos. Y es que sin educación no hay futuro.

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En los límites de la realidad

imagenprincipito.JPGTuve el gusto de presentar hace unos días El principito ha vuelto, un libro magníficamente editado y que es el compendio de una creación común de la escritora María Jesús Alvarado y la fotógrafa Teresa Correa. Aunque pudiera parecerlo, no es un libro del género fantástico. Estamos por lo tanto ante un libro en el que texto, fotografías y dibujos no tratan de hacernos imaginar elefantes dentro de boas, ni sustituyen el baobab del planeta B 612 por una acacia reseca en la llanura; El principito ha vuelto es un relato sobre los límites de la realidad, y sin contarlo ni hacer fotografías truculentas es lo que nos queda cuando llegamos al final. Cruzamos las líneas de la lógica, sus basamentos y sus referencias. No es que contradiga los cimientos del sistema, el orden social o las equivalencias entre lenguaje y pensamiento. Entramos directamente en otro sistema, en otro orden, en otras equivalencias, en un mundo en el que la icónica manzana de Newton no cae, en el que la velocidad no es igual al espacio partido por el tiempo. Hay una nueva dimensión, diferente perspectiva y un insólito comportamiento de las personas y las cosas, que no responden a leyes físicas supuestamente universales, un cosmos en el que se ha establecido una inexplicable forma de entender, distinta y tal vez estrafalaria pero que tiene su propia lógica interna. Es, por lo tanto un libro muy recomendable.
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Texto de la presentación leído en el Museo Canario el 30/06/15 Presentación Mª Jesús Alvarado-Teresa Correa.pdf

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Lo canario (*)

xxIMG_0984.JPGÚltimamente lo canario parece ser que es solo aquello que se asimila al folclore, a la artesanía y a la tradición, y cuanto más rústico, mejor. Es más canario quien canta folías que quien hace rock, quien trenza palmas que quien instala ordenadores, quien recita odas al Roque Nublo y a los guanches que quien representa una obra de Pirandello. Pues no, porque así ni Cernuda era andaluz, ni Dalí catalán, ni Zarra vasco, que encima jugaba un extraño deporte inglés en ropas menores. Se confunde lo canario con el costumbrismo. Es fundamental recuperar nuestra tradiciones (sólo las positivas), fomentar nuestros valores y divulgar entrañables usos para que no se pierdan; pero es que se asimila lo canario a la ruralidad ancestral, y en Canarias hace siglos que nacieron centros urbanos. Lo usual es que los urbanitas, cuando quieren ir de canarios se calan un cachorro, se ponen una chaqueta de estameña o se visten como los campesinos de hace cien años. Es necesario entender que hay personas que se sienten canarias y luego pintan abstracciones, juegan al baloncesto, tocan jazz, escriben novela urbana, enseñan a leer y hasta visten como en Londres, porque uno de nuestros distintivos siempre fue estar abiertos al mundo, por eso tenemos grifos en casa y no vamos a buscar el agua en bernegales a las fuentes públicas. Y resulta que son muy canarias las mantas esperanceras que siempre vinieron de Manchester, y es que lo son precisamente por eso. Para mí, lo canario es una manera de ser.
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(*) (Disculpen que hoy no hable de Grecia; es tal mi indignación, que si lo hiciera probablemente acabaría en el juzgado).